En una sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, la sección sexta de la Audiencia ha impuesto al acusado, A. E., dos años y tres meses de prisión por cada uno de los cuatro delitos de homicidio en grado de tentativa, puesto que el ataque con la katana, que escondía en su habitación, provocó que un agente perdiera varios dedos y los otros tres sufrieran heridas en los brazos.
Los hechos sucedieron en julio de 2020 cuando personal del SEM (Sistema de Emergencias Médicas) se personó en casa del acusado en Moià para ingresarlo en un centro de salud mental, dado su deterioro por la esquizofrenia que sufría, acompañados de agentes de los Mossos d’Esquadra.
El acusado aceptó ir con ellos y pidió entrar a la habitación para cambiarse de ropa, cuando aprovechó para sacar una katana de debajo de la cama y empezó a hacer movimientos bruscos que provocaron la amputación de varios dedos a un agente y lesiones graves en los brazos a otros tres.
La sentencia aplica a A. E. una eximente incompleta por alteración mental, puesto que iba a ser ingresado en un centro de salud mental, ya que sufre esquizofrenia, y reconoce que en momento de los hechos tenía «gravemente afectadas sus capacidades intelectivas y volitivas«.
El fallo también impone al acusado el internamiento psiquiátrico por un límite nunca superior a nueve años y, en caso de que el tratamiento sea menor a la pena acordada, el tribunal decidirá si el resto de la condena continúa en prisión o se suspende.
Además, el tribunal ha impuesto a A. E. la prohibición de comunicarse con los cuatro agentes heridos y de acercarse a más de 500 metros durante un tiempo de diez años superior a la pena impuesta, y desestima la petición de libertad vigilada al considerar que la orden de alejamiento es suficiente.
También deberá abonar a los cuatro agentes afectados una cuantía por responsabilidad civil que suma un total aproximado de 530.000 euros, así como la asunción de las costas del proceso judicial.
En la sentencia, el tribunal destaca que la objetividad de las lesiones «ofrecen la certeza necesaria para afirmar que el acusado» sabía que durante el ataque «podía causar, con una alta probabilidad, la muerte de los agentes, o alguno de ellos si seguía realizando la acción de lanzar golpes de katana contra ellos«.
El tribunal ha reconocido sus dudas sobre si aplicar una eximente completa, pese a la adhesión de todas las partes a la petición de Fiscalía para que se le aplicara la incompleta, lo que hubiera supuesto su no-imputación dada la «gravedad de la enfermedad padecida por el acusado, y también de la afectación».
La sala ha justificado su decisión de aplicar una eximente incompleta ante la imposibilidad de saber exactamente cuánto tiempo llevaba sin tomar medicación, y también a partir de ciertos datos que permiten «inferir un cierto grado de conciencia».
En cuanto a la pericial psiquiátrica, se recoge que el acusado pensaba que había un complot contra él por parte de la policía, y que un «alien» se había instalado en su interior para darle órdenes, «tratándose, por tanto, de un delirio muy estructurado«.
La Fiscalía pedía inicialmente 60 años de prisión, aunque todas las partes llegaron a un acuerdo para modificar sus escritos de acusación y rebajaron la pena a 9 años de cárcel. EFE