Las vinculaciones entre el tráfico de armas y el crimen organizado hacen que la lucha contra esta amenaza sea una de las prioridades del Ministerio del Interior y de la Unión Europea. Solo en los últimos cinco años, la Guardia Civil ha desarrollado 108 operaciones contra estas redes con el resultado de 479 detenidos y la incautación de 5.240 armas de fuego (muchas de ellas de guerra), 655.073 cartuchos metálicos, 727 kilos de explosivos, más de 780.000 euros en efectivo, y el desmantelamiento de 21 talleres ilegales de fabricación de armas y municiones.
La última operación se realizó la semana pasada con la detención de 12 personas en varias ciudades españolas que vendían armas de fuego (entre ellos fusiles de asalto y subfusiles) a todo tipo de delincuentes. Se han intervenido 339 armas, 37.426 cartuchos metálicos de diferentes calibres, 13,2 kg de pólvora, y silenciadores, entre otros efectos.
La operación se inició en octubre del pasado año, cuando los agentes, en otra operación independiente, procedieron a la detención en Madrid de uno de los principales traficantes de munición del país, quién a través de internet había vendido más de 36.000 cartuchos metálicos que enviaba a sus compradores por medio de paquetes postales.
Los guardias civiles averiguaron que el investigado llevaba varios años con esta actividad ilegal y que entre sus clientes había personas que tenían armas de fuego sin licencia y sin registrar, «alguno de ellos relacionado con la delincuencia«.
Esta última operación destaca por el alto número de armas incautadas, pero otra de las más destacadas fue la que llevó la Policía Nacional el año pasado en Tenerife, cuando en abril de 2021 descubrió un taller clandestino de armas y explosivos en el que se hacían las armas con una impresora 3D. El momento en el que entraron los agentes se estaba terminando el armazón gris de un revólver. Era la primera vez que en España se encontraban armas impresas en una operación policial.