El grupo criminal captaba a los clientes a través de redes sociales en España.
La organización se dividía en dos ramas: una con funciones de recepción y cobro de dinero a los clientes en España, en su mayoría de origen sirio, aunque también de Argelia, Uzbekistán, Líbano, Turkmenistán, Egipto, Libia, Irak, Azerbaiyán y Marruecos.
Otra con funciones de envío de documentos falsos a España, compuesta por personas de nacionalidad Siria y que operaban desde su centro de fabricación.
Una vez que recibían la mitad del pago del documento, lo fabricaban en la ciudad turca de Estambul debiendo efectuar el resto del pago antes de su envío en un plazo de siete días
Ofrecían distintos documentos; pasaportes por 1.000 euros, permisos de residencia por 750 euros, visados Schengen por 500 euros y permisos de circulación por 350 euros, por lo que se estiman unos beneficios superiores a 1.000.000 euros
Se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, falsedad documental, delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, usurpación de estado civil y contra la seguridad del tráfico
Los agentes han intervenido 71 documentos falsos, 4.300 euros en efectivo, varios dispositivos electrónicos y diversa documentación.