El lugar del hallazgo está a pocos kilómetros de donde se perdió la pista a esta mujer, en la localidad madrileña de Navalcarnero, como así consta en una cámara de videovigilancia municipal.
Los primeras investigaciones apuntan a que el cadáver llevaba varias semanas allí y no murió de forma violenta, sino de forma natural o accidental.
Además, han contrastado que el cuerpo no se ha movido del lugar, por lo que todo apunta a que falleció allí mismo.
El cadáver llevaba parte de la ropa que vestía ese día Isabel: unas mallas ciclistas de color negro por encima de la rodilla, una camiseta de manga corta de rallas azules y blancas y por debajo otra de tirantes verdes y unas chanclas por suela fina de madera y correa de color azul.
La principal hipótesis, es que fue a pasear dirección sur, a la Urbanización Calipo Fido, donde viven unos familiares, un lugar que conocía bien. Pero, puede que debido a su enfermedad, se desorientó y acabó tras varias horas andando en un paraje escarpado, cerca de unos matorrales, por los que apenas pasa gente.
Allí habría fallecido el mismo día o al día siguiente por causas naturales o por un accidente.
ENCONTRADA DONDE YA SE HABÍAN REALIZADO BATIDAS
En ese paraje se habían realizado batidas días antes para buscar a Isabel, que terminaron sin éxito. De hecho, los ciclistas que pasan por allí tampoco habían visto nada raro.
La familia y voluntarios, realizaron rastreos en zonas aledañas a Navalcarnero. Incluso ayer se programó una, pero se ha anulado tras este hallazgo.
El pasado día 6 más de 200 voluntarios junto con un potente despliegue de la Guardia Civil, miembros de Protección Civil y policías locales buscaron a la desaparecida por una extensa zona de su municipio. No encontraron ninguna pista perteneciente a Isabel.
También durante este mes habían colocado carteles por la comarca y por la capital, donde figuraban sus datos.
Isabel tenía Alzheimer incipiente desde hace dos años, por lo que podía tener muchos momentos de demencia y desorientación y otros pocos de lucidez.
M.M.