Carmen Merino, la acusada, ha anunciado que no responderá ni al fiscal ni a la acusación particular, solamente a los miembros del jurado popular de este juicio.
Piden 25 años de cárcel para esta sevillana de 64 años, que vivía en Castro Urdiales desde hacía más de ocho años junto Jesús Mari, su pareja, cuyo cuerpo aún no ha sido localizado después de encontrarse su cráneo.
La acusada ha negado haber buscado en internet «cuánto tiempo tarda en descomponerse un cadáver» o preguntas sobre cómo cobrar una herencia o desatascar una motosierra, después de que su novio desapareciera en febrero de 2019, aunque ella ha asegurado que volvió a casa el 10 de marzo, «nervioso», y que cogió dinero y salió de nuevo del domicilio.
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El cráneo de Jesús Mari Baranda, jubilado vasco de 67 años, apareció a finales de septiembre en una caja que Carmen había dejado a una amiga diciendo que había juguetes sexuales, que la Guardia Civil iba a ir a su casa, habían denunciado la desaparición de Jesús.
Está sembrando la duda contra su cuñado y su amiga, declarando que ambos tienen llaves de su casa y que podían acceder a su ordenador porque la contraseña estaba en un «post-it» a la vista.
Sobre la caja solo afirma que lo que le dio a su amiga era un neceser envuelto en papel de regalo con juguetes sexuales, que iba a ser «un regalo» para cuando apareciera su novio, porque le daba «vergüenza» que la policía lo viera.
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Ese papel de regalo, que se le ha exhibido en el juicio como prueba, era el que envolvía la caja que contenía el cráneo, que también estaba envuelta con unos crucigramas, que ha negado haber completado.
MM