Un juzgado de Vila Joiosa (Alicante) se encuentra investigando un presunto caso de secuestro y agresión en el que un hombre de 28 años habría sido llevado a una casa de campo en la localidad.
Según fuentes cercanas al caso, el acusado, un vecino de aproximadamente 40 años, habría forzado a la víctima a desnudarse mientras le tomaba fotos humillantes. El motivo detrás de estos hechos estaría relacionado con una aventura extramatrimonial entre la víctima y la esposa del presunto autor, quien habría reaccionado con violencia al descubrir la infidelidad.
La víctima presentó la denuncia semanas después de los hechos en el cuartel de la Guardia Civil de Vila Joiosa. Informó que su captor lo había amenazado con un hacha para coaccionarlo.
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Como resultado de esta situación, la víctima requirió tratamiento psicológico y se presentó en el caso como acusación particular. El presunto agresor fue detenido tras la denuncia, pero fue liberado cuando compareció ante el juzgado, donde se abstuvo de declarar.
Lo amenazó con un hacha
La investigación contempla los delitos de agresión sexual, amenazas y trato degradante. Aunque el investigado quedó en libertad, se dictó una orden de alejamiento en su contra. El abogado Francisco González ejercerá la acusación particular en nombre de la víctima.
La víctima relató que los acontecimientos tuvieron lugar en marzo pasado en Vila Joiosa, después de que el esposo de una mujer con la que había tenido una relación el año anterior descubriera la infidelidad. Tras recibir amenazas de muerte por teléfono, el hombre aceptó reunirse en persona para aclarar la situación.
El investigado lo habría llevado en coche hasta una casa de campo en una zona apartada del municipio, donde lo obligó a desnudarse bajo amenaza de un hacha. Durante este tormentoso episodio, el presunto agresor tomó fotografías con su teléfono móvil y se burló de la víctima.
El investigado incluso lo habría amenazado con el hacha y lo forzó a confesar sus infidelidades, alegando que había intervenido sus teléfonos.
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El hombre lo ridiculizó por su apariencia física y tomó imágenes de la víctima desnuda. Luego lo hizo vestirse y lo llevó de regreso a la ciudad. Dos días después, repitió el proceso, lo llevó nuevamente a la misma casa de campo y continuó con las humillaciones, amenazas y fotos degradantes.
Fotos en el teléfono
El miedo llevó a la víctima a borrar muchas de las fotos y mensajes amenazantes en su teléfono. Sin embargo, teme que algunas imágenes hayan sido compartidas por el agresor con sus contactos.
La Brigada de Policía Judicial de la Guardia Civil realizó un registro en la casa del investigado, donde encontró elementos coincidentes con las imágenes proporcionadas por la víctima, así como el hacha presuntamente utilizada en las amenazas. La investigación continúa en curso.