El incendio forestal que azota Tenerife desde el 15 de agosto muestra signos de estabilización tras días de intensos esfuerzos. Las zonas más críticas, en Aguamansa y Güímar, han sido atendidas diligentemente por los equipos de extinción, manteniendo el área afectada en torno a las 14.751 hectáreas con un perímetro que alcanza los 90 kilómetros.
Aunque las noticias son en general alentadoras, el Centro Coordinador de Emergencias y Salvamento de Canarias insta a la población a mantenerse alerta. La persistencia de altas temperaturas en la región sigue representando un peligro potencial, con la posibilidad de que broten focos aislados de fuego.
Lamentablemente, durante las operaciones, un vehículo de la Brifor del Cabildo sufrió un accidente en El Rosario. Aunque uno de sus ocupantes resultó herido, las lesiones no fueron graves y fue atendido en el lugar.
El trabajo de extinción se refuerza con medios aéreos, concentrándose especialmente en Las Dehesas, Güímar. Mientras que en tierra, un contingente de más de 600 profesionales se distribuye en tareas de extinción, seguridad, logística y apoyo.
Preocupa la calidad del aire
Si bien algunos accesos al Parque Nacional del Teide continúan cerrados, los servicios básicos como electricidad y telefonía no han experimentado interrupciones significativas. No obstante, la calidad del aire en la vertiente norte sigue siendo motivo de preocupación, especialmente durante la noche.
En cuanto a los desplazamientos forzados por el incendio, alrededor de 13.000 residentes tuvieron que abandonar sus hogares como medida de precaución. Afortunadamente, la situación ha mejorado lo suficiente para permitir el regreso parcial de vecinos en zonas de Tacoronte, El Sauzal y Santa Úrsula.
A pesar de estos avances, el Gobierno Canario ha pedido que solo accedan a las zonas realojadas los vecinos de esas zonas y el personal de extinción en las áreas recientemente repobladas, con el fin de evitar interferencias en los trabajos de emergencia.