Una niñera se enfrenta a acusaciones de intento de asesinato sobre una niña de dos años, pero niega vehementemente las agresiones. La cuidadora, llamada Rebeca, sostiene que los posibles golpes que presenta la pequeña fueron ocasionados por sus hermanos, a quienes describe como «muy brutos«. La acusada se expone a 25 años de cárcel, una indemnización de 8.000 euros y una multa de 15.000 euros por daños morales.
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Según la versión del fiscal, el 28 de febrero de 2018, la cuidadora agredió violentamente a la niña mientras se encontraba a solas con ella, causándole lesiones en la cabeza. La acusada sostiene que la pequeña se golpeó con un juguete durante una pelea con sus hermanos, negando rotundamente haber infligido daño alguno.
La niña, que necesitó un collarín cervical para su recuperación, presentaba secuelas físicas que incluían dificultades para dormir e incapacidad para girar el cuello. Rebeca también niega otro episodio en el que la niña tenía chichones en la cabeza y la boca, explicando que la pequeña se mordió la cuna sin caerse.
La madre relató durante el interrogatorio varios episodios de presunto maltrato, señalando que Rebeca comenzó a trabajar en septiembre de 2016. La niñera negó las acusaciones y afirmó que los hermanos mayores de la niña eran responsables de los golpes. La menor sufrió lesiones graves el 13 de marzo de 2018, resultando en un despegamiento del pabellón auricular derecho y otras lesiones que requirieron tratamiento durante 74 días. Los padres, al despedir a la niñera, llevaron el caso ante las autoridades.