Valencia se encuentra sumida en el dolor, siendo este sábado el segundo día de duelo oficial por una tragedia que ha sacudido los cimientos de la ciudad. Un incendio de gran magnitud devastó un complejo residencial de 138 viviendas en el barrio de Campanar, dejando 10 fallecidos y decenas de afectados.
La tragedia se ha cobrado la vida de familias enteras, incluida una pareja y sus dos hijos pequeños. Las labores de rescate terminaron este viernes, con la recuperación de los cuerpos y su posterior traslado al Instituto de Medicina Legal de Valencia. En este centro, los equipos han intensificado su labor para llevar a cabo las autopsias necesarias, un paso crucial para entender la magnitud de la catástrofe y ofrecer algo de información a las familias afectadas.
Luto oficial en Valencia
La ciudad, unida en el luto, ha programado un minuto de silencio al mediodía en la plaza del Ayuntamiento, un gesto de respeto y solidaridad hacia aquellos que perdieron la vida en este suceso devastador. Asimismo, tributos florales adornan la valla del edificio afectado, y un crespón negro ondea en la escuela de uno de los niños víctimas del siniestro.
Durante la noche posterior al incendio, los bomberos permanecieron en el lugar del suceso, manteniendo un retén preventivo para asegurar la zona y continuar con las labores de extinción.
Alrededor de un centenar de afectados por el incendio han sido acomodados en hoteles locales. Estos desplazados, antiguos residentes de los dos bloques ahora en ruinas, se enfrentan a una semana de incertidumbre mientras esperan poder regresar a un semblante de normalidad. El ayuntamiento, en una medida de apoyo, ha adquirido recientemente un edificio de viviendas que será puesto a disposición de los afectados.
Mientras tanto, la investigación sobre las causas que desencadenaron el fatídico incendio continúa en marcha, envuelta en el más estricto secreto de sumario. Las autoridades están trabajando incansablemente para desentrañar el origen de este desastre, en un esfuerzo por prevenir futuras tragedias y proporcionar respuestas. El acceso al área sigue restringido y con cortes de tráfico.
Este trágico evento no solo ha dejado una marca indeleble en el barrio de Campanar, sino que ha resonado en toda España, recordándonos la fragilidad de la vida y la importancia del apoyo mutuo en tiempos de crisis.