La reunión a tres partes mantenida en Washington por los presidentes de Afganistán, Pakistán y los USA concluyó con un principio que aparentemente parecería revolucionario en la región: la vinculación entre terrorismo y pobreza con el objetivo de eliminar el apoyo ciudadano contra el extremismo islámico.
El encuentro entre Karzai (Afganistán), Zardai (Pakistán) y Estados Unidos (Obama) intentaría romper el estrecho y dramático vínculo entre tribalismo y pobreza por un lado y combatir al mismo tiempo a los grupos terroristas porque habían pactado mas o menos con el antaño enemigo principal,la India.
Por parte pakistaní emergió el esfuerzo de combatir a los grupos terroristas cuyas tropas está ya empleándose a fondo en el valle de Swat.
Además de ello se trataría de aniquilar la permeabilidad en la frontera paquistano-afgana que hasta ahora había permitido a las tropas del talibán atacar a los contingentes norteamericanos para regresar después a los santuarios afganos.
Por de pronto el Pentágono ha solicitado ya al Congreso poderes militares ampliados. Y de paso ha nombrado al general McChystral responsable de la OTAN en la zona.
Es la primera vez que un Secretario de Estado civil destituye al máximo responsable militar.
El nuevo jefe en Afganistán es un ex oficial de operaciones especiales que alcanzó fama en Irak bajo las ordenes del general David Patreus por la ejecución algunas operaciones de gran envergadura y éxito entre otras la detención del presidente Saddam Hussein y la del jefe de Al Qaeda en la zona, Abu Musaf el Zarqawi.
El nuevo general en jefe parece dispuesto a conciliar el trabajo de inteligencia militar con el puramente armado. Pero se trata sobre todo de añadir al trabajo militar la opción política aproximándose a los jefes de la guerra locales que Obama pretende dividir como intentó con éxito moderado en Irak.
Pero se trata también de añadir 21.000 soldados más al contingente norteamericano actual.
Sólo así, armonizando trabajo político con labores militares las posibilidades de que la reunión de Washginton pueda tener éxito es viable. Mientras los tres países sean incapaces de un trabajo conjunto cualquier esfuerzo resultará vano.
Alberto Míguez