Permanecer un año completamente sobria ha cambiado la forma de pensar de Jessie J, quien se siente mucho más «sana» sin la presencia del alcohol en su vida.
«La última bebida [alcohólica] que me tomé fue el 15 de octubre del año pasado. Un año más tarde, noto mucha diferencia. Creo que vivir de una forma sana hace que tu mente cambie de la misma manera», explicó la intérprete británica al diario Daily Mirror.
Sin embargo, su propósito personal de no probar ningún tipo de bebida alcohólica no ha impedido a Jessie mantener su vida social, debido al gran vínculo que le une a su círculo de amistades.
«El hecho de no beber no ha afectado mucho a mi vida social y a salir por ahí, aunque también es verdad que no tengo muchos amigos. Lo digo desde un punto de vista positivo, porque tengo los que necesito», explicó al mismo medio.
Otra de las consecuencias positivas de haber dejado el alcohol ha sido el dinero ahorrado por la artista, unas ganancias que ha destinado a comprar ropa y a abandonar su costumbre de pedir prendas prestadas.
«No gastarme el dinero en bebida me ha permitido ahorrar y comprarme la ropa que siempre he querido. Antes solía pedir prestados vestidos increíbles para ocasiones especiales, y después tenía que devolverlos. Ahora me quedo con todo lo que me gusta», aseveró.