Manuel Terrén, contra quien se dirige la querella que admitió a trámite a principios de año el juez, no ha comparecido ante la Justicia española ni ha prestado declaración como investigado «con el consiguiente traslado de la querella y de la imputación«.
Por ello, el magistrado, siguiendo el criterio de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ha rechazado ya hasta en dos ocasiones que el querellado pueda personarse en la causa, la última hace una semana, según las resoluciones a las que ha tenido acceso Efe. Ahora la defensa de Terrén tiene la posibilidad de recurrir ante la Sala de lo Penal.
Seis meses después de que se admitiese a trámite la querella, el juez no ha conseguido interrogar a este ciudadano de nacionalidad española al que se acusa de traficar con la venta ilegal de «diamantes de sangre» extraídos por ciudadanos esclavizados en Sierra Leona.
El juez considera que estos hechos, denunciados por uno de los presuntos perjudicados, de nacionalidad sierraleonesa, podrían llegar a constituir delitos de lesa humanidad y pertenencia a organización criminal.
El querellante denunció que fue obligado a trabajar día y noche junto con otros 300 civiles, en condiciones inhumanas de vida, en las minas de Tombodu.
Según exponía la querella, durante «el conflicto armado en Sierra Leona, en el que murieron 70.000 personas y 2,6 millones de ciudadanos fueron desplazados, tanto el querellado como otros empresarios extranjeros, jugaron un papel clave en dicho conflicto mediante la actividad de la empresa Orfund Group S.A, financiando el esfuerzo bélico con la venta de los llamados diamantes de sangre o diamantes de zonas de conflicto«.
Pedían investigar si el querellado habría puesto en marcha «una fachada empresarial» en Liberia para asegurar el contrabando de «diamantes de sangre» provenientes del FRU que operaba en Sierra Leona y así poder comercializarlos en el mercado internacional.
Para ello, se habría utilizado la empresa liberiana Blue Stone INC al servicio de Orfund Group y participó en la fundación de una empresa subsidiaria en Liberia, DiAndorra INC, con el propósito de vender los citados diamantes a través de la empresa experta en el comercio de diamantes Cindam Belgium N.V., «exportando, al menos, cuatro envíos de diamantes desde Liberia a Bélgica».
El juez recordó en su auto que entre los años 1999 y 2000 centenares civiles fueron capturados para trabajar en las minas de diamantes en el distrito de Kono. El entonces presidente de Liberia Charles Taylor, que fue condenado a 50 años de cárcel por ese Tribunal Especial, «desempeñó un papel importante en el comercio de diamantes de sangre«. EFE