Es el color de la diversión y del budismo. Exótico y llamativo, pero subestimado. Lleno de sabor, es el color de la diversión, la sociabilidad, del peligro, del denominado ´tipo otoño´. El naranja y sus 45 tonos nos hacen transformar nuestros armarios y los estados de ánimos.
Albaricoque, azafrán, zanahoria, ocre amarillo, mandarina, melocotón o salmón, son muchos de sus nombres en el lenguaje ordinario y en el de pintores.
¿No es el blanco un color? ¿O es un color primario?
Lo que sí sabemos es que esta temporada es el color perfecto, y que una vez más viene para quedarse. Es el cuarto color primario, el del comienzo y la resurrección, el del bien y de la perfección, de la inocencia, lo limpio y puro.
Llevémoslo solo o combinado con otros colores.
Marsala es un color que ya lo tenemos integrado en nuestro vocabulario y que no es otra tonalidad del rojo, al que vulgarmente lo expresamos como el rojo vino. Es un color natural, terroso, entre el rojizo y el café.
Amarillo, el color más contradictorio. Optimismo y celos. Es el color de la diversión, del entendimiento y de la traición. 115 tonalidades de este color que podemos ver a nuestro alrededor.
Oro, azufre, arena, limón, girasol, viejo, topacio…