En las pasadas décadas, era muy común ver vertiginosos escotes en la parte delantera de cualquier prenda. Se dejaba ver piel y era común en la mayoría de las ocasiones, enseñar más que insinuar. Era moda, era tendencia de la época. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, este escote se ha ido cambiando de sitio hasta posicionarse justo a la vuelta, en la espalda; dejando en los diseños la parte del busto más suave y “recatada”. Se le empieza entonces a dar el máximo protagonismo a este tipo de aberturas. Éstas se convierten en una tendencia máxima, donde cada vez se van haciendo más y más abiertas y bajas, llegando incluso hasta el final de la espalda.
Se empieza a considerar este tipo de escotes como el súmmum de la elegancia.
Las firmas de moda apuestan por él en todas y cada una de sus colecciones, y las alfombras rojas de medio mundo se hacen eco de esta nueva tendencia, ya que son las celebrities las primeras en sucumbir a este nuevo estilo tan favorecedor. Es, asimismo, una manera de estar guapas “por detrás”.
Las novias también se suman a llevar escotazos en sus vestidos nupciales. Lucen espectaculares en su gran día, derrochando estilo y saliéndose de lo convencional.
En definitiva, no deberíamos prescindir de lucir este tipo de escotes en esta nueva temporada que llega, sea cual sea la ocasión (y en mi opinión NUNCA, confieso que es mi gran debilidad), puesto que hay infinidad de tipos que se adecuan perfectamente a la morfología corporal de cualquier mujer, potenciando y sacando nuestro lado más sensual y elegante. Además, podemos incluirlo en cualquier outfit, tanto de calle como para acudir a cualquier evento ¿Te apuntas?