Un reciente estudio publicado por la prestigiosa revista de gran impacto sobre entrenamiento y preparación física, “Strength and Conditionning Journal”, ha vuelto a poner en entredicho la mala y extendida costumbre de salir a correr en ayuno buscando una quema de grasas muy superior a la que hubiésemos obtenido si hubiéramos desayunado.
Salir en ayunas implica correr riesgos innecesarios para nuestra salud, desde posibles mareos a estados de hipoglucemia que desemboquen en desmayos, pasando por entrenamientos de baja calidad y la consiguiente no mejora de tu estado de forma.
Otro de los grandes problemas de salir a correr por las mañanas en ayunas es la proteólisis (destrucción de músculo y consumo de proteínas como fuente de energía) que se genera en nuestro organismo al tener los depósitos de glucógeno agotados. De ahí que no se deba correr en ayunas si nuestro propósito es lucir un buen cuerpo ahora que se acerca el buen tiempo.
Si lo que de verdad buscas es la pérdida de grasa, hay métodos y entrenamientos mucho más eficientes como puede ser el método HIIT (High Intensity Interval Training). Entrenamientos de corta duración y elevada intensidad que provocarán un mayor gasto calórico.
Salir a correr en ayunas por la mañana no es buena idea y más si tu intención es quemar grasas. No solo perjudica a la masa muscular sino que tampoco presenta ningún beneficio a la composición corporal.