viernes, septiembre 20, 2024
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La moda de no vacunar: riesgos y desconfianza

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“Las vacunas son absolutamente necesarias y gracias a ellas se han erradicado numerosas enfermedades. Creo que las personas que siguen la tendencia de no vacunar a sus hijos, lo hacen por desconocimiento”, afirma el doctor Luis Blanco.

Tal y como explica Blanco, médico de familia en un centro de salud de Ávila, las vacunas son imprescindibles, pues se estima que, anualmente, evitan entre dos y tres millones de muertes infantiles en todo el mundo, dato que podría aumentar hasta un 50% si la cobertura fuese total. Sin embargo, diferentes tipos de creencias, religiones o convicciones, hacen que sean muchos los padres que decidan no vacunar a sus hijos.

Saber la cantidad de personas que toman esta decisión es algo complicado, pero de momento, la cobertura de vacunas es “bastante aceptable”, según afirma el doctor Blanco. “En España, cerca del 97% de los menores están bien vacunados contra las enfermedades más serias y, aunque a nivel mundial hay grandes variaciones, se estima que no son tantos los padres que no vacunan a sus hijos”, añade el médico de familia.

Entre los detractores de la vacunación, hay quienes consideran innecesario inmunizar a los niños contra enfermedades que están prácticamente erradicadas o inyectarles virus que pueden causarles malestar u otras complicaciones. Además, la mala fama de la industria farmacéutica podría haber fomentado la desconfianza hacia las inyecciones de este tipo.

Salud de libre elección

Según la opinión de Miguel Jara, autor del libro Vacunas las justas. ¿Son todas necesarias, efectivas y seguras?, esta “decisión y no moda” de no vacunar a los menores, es algo que hay que respetar. “Lo importante es tomar decisiones de una manera informada y libre. Las vacunas son de libre elección. En nuestro sistema sanitario  somos libres de elegir o no un tratamiento médico”, explica Jara.

A pesar de que, como advierte Jara, periodista especializado en salud, no hay una obligatoriedad a la hora de vacunar a los menores, lo cierto es que existe todo un debate en torno a este tema, pues hay quienes critican a los progenitores que deciden no vacunas a sus hijos por ponerles en riesgo a los menores, así como al resto de la sociedad, especialmente a la población más susceptible, como enfermos, ancianos, mujeres embarazadas o el resto de menores.

“Aunque hay libertad para elegir, se debe tener en cuenta que al no vacunar se puede poner en riesgo a un nicho de la población, traspasar enfermedades infecciosas y perpetuarlas. Por ello, la Asociación de Pediatría sigue el ‘mantra’ de que no haya muertes por enfermedades vacunables”, explica el doctor Blanco.

Confusión y desconfianza

La muerte por difeteria de un niño no vacunado en Cataluña en el año 2015, reabrió la polémica y provocó que numerosas asociaciones reclamasen la obligatoriedad por ley de vacunar a los menores, al igual que se hace en otros países, como Italia.

En nuestro país, las vacunas recomendadas son contra la Hepatitis b, difteria, tétanos,  tosferina,poliomielitis haemophilis, neumococo, meningococo c, triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis), varicela y papiloma humano.

Sin embargo, el ‘movimiento’ que aboga por no vacunar atiende a numerosos motivos y dudas que, en ocasiones, no son aclarados por los especialistas, tal y como explica Jara. “En el ámbito de las vacunas existen muchas dudas, pues cada una presenta una necesidad de uso, una eficacia y una seguridad diferentes, pero nadie nos explica sobre ello”.

Para Jara, en España se transmite el mensaje de que hay vacunar, sin preguntas, ni críticas. “Ello crea confusión y desconfianza en la población, por no hablar de la mala imagen que tiene, por méritos propios la industria farmacéutica y en concreto los fabricantes de vacunas”

Riesgo o marketing

El bien que las vacunas han llevado a cabo en la sociedad internacional a lo largo de los años es algo indiscutible, al igual que su eficacia para erradicar enfermedades, frenar epidemias o salvar vidas. A pesar de ello, y teniéndolo en cuenta, uno de los planteamientos los detractores de la inmunización, se centra especialmente en descubrir o huir de los intereses de las empresas farmacéuticas y las posibles presiones de los fabricantes de vacunas, por algunas de estas.

 “Es un claro ejemplo del marketing que han hecho industrias y administración en torno a las inmunizaciones ¿puede haber mejor marketing que el que hace creer que algo es obligatorio cuando en realidad es «recomendable?”, apunta Jara. “Cuando la gente lo ve, desconfía de las vacunas en general, metiendo a todas en el mismo saco”, finaliza.

Tal y como apunta Jara, quizá ese sea el principal problema. La desconfianza en cierto sector no debería influenciar en decisiones tan importantes como la vacunación de los menores. Por lo que la solución a este debate se centraría por un lado, en una correcta información por parte de los organismos oficiales para aclarar la seguridad y cómo de recomendables son ciertas vacunas,  por otro, en la desmercantilización de este tipo de medicamentos y por último en la toma de consciencia y responsabilidad de los padres.

Marta de la Fuente

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