Este podría ser el caso real de cualquier seguidor en las redes sociales. A través de mensajes privados de Instagram una supuesta influencer propone un juego en el que se debería adivinar los números ocultos tras una imagen y así obtener un premio de 2.000 euros.
El seguidor acepta y consigue adivinar los números sin mucha complicación. Se lo comunica a la supuesta influencer, quien le da la enhorabuena y le indica que tiene que darle su número de teléfono para poder enviarle el dinero a través de Bizum.
Hablamos de un caso real. La persona estafada, sin dudarlo se lo facilitó y, unos minutos más tarde, la supuesta influencer le envió un pantallazo donde se veía el movimiento de dinero, pero al revisar su cuenta bancaria comprobó que no había recibido nada.
Tras comunicárselo, la supuesta creadora de contenidos le explicó que la empresa que se encargaba de proporcionar el premio estaba teniendo problemas con su cuenta y la transferencia no podía ser validada; por lo que para solucionarlo tenía que cambiar el correo electrónico asociado a su cuenta de Instagram por uno que ella misma le facilitaría.
Al no saber cómo cambiar la cuenta, el seguidor le pidió ayuda a la supuesta influencer, quien le explicó en detalle cómo hacerlo, apremiándole para que lo hiciera de forma inmediata.
Tras realizar el cambio le exigió un pantallazo como justificante. Al no saber cómo hacerlo le pidió a la influencer que la llamara, momento en el que el ciberdelincuente, con poco atino, le indicó que estaba «ocupado» (en masculino) y que le llamaría en cuanto se liberase.
El seguidor, al darse cuenta de este detalle, dudó de la veracidad de la comunicación, así que cambió nuevamente el email para dejarlo como estaba en un principio y decidió cortar toda la comunicación con la falsa influencer.
En ese momento, el estafador comenzó una conversación por WhatsApp con el seguidor quién tras meditar todo lo sucedido decidió contactar con el Instituto Nacional de Ciberseguridad – INCIBE.
¿Qué pautas le dieron?
Para evitar este tipo de fraudes le explicaron la importancia de mantener nuestra privacidad en las redes; proporcionando el mínimo de información, así como comprobar la veracidad de los perfiles que se puedan poner en contacto con nosotros.
Le indicaron que en estas situaciones debe desconfiar, y no facilitar información personal o financiera; ni seguir ninguna de las indicaciones que le indiquen.
En cuanto a las pautas a realizar:
- Modificar la contraseña de acceso a su cuenta y configurar el segundo factor de autenticación.
- Reportar el perfil fraudulento en Instagram.
- Avisar a la influencer suplantada sobre el perfil fraudulento y las acciones que está llevando a cabo bajo su imagen.
- Al haber accedido a un enlace fraudulento, analizar el dispositivo con un antivirus para cerciorarse de que no haya sido infectado con algún tipo de malware.
- Recabar todas las evidencias (conversaciones, pantallazos, etc.) por si fuese necesario interponer una denuncia antes las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
- Cortar cualquier tipo de comunicación con el ciberdelincuente, y bloquear su perfil de Instagram y su número de teléfono.
- Dado que el ciberdelincuente dispone de su número telefónico, practicar egosurfing periódicamente, para comprobar que sus datos no sean publicados sin su consentimiento; y de ocurrir, ejercer acciones derivadas como solicitar el derecho al olvido y el derecho a la supresión.