En una reciente y contundente decisión, la Comisión Europea ha iniciado el proceso de eliminación de ocho aditivos de aroma de humo de los productos alimentarios en la Unión Europea, una medida que afectará significativamente a una amplia gama de alimentos populares. Este movimiento sigue a un informe crítico publicado en noviembre de 2023 por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que planteó preocupaciones sobre los riesgos de genotoxicidad asociados con estos compuestos.
El informe de la EFSA evaluó la seguridad de ocho aromas de humo cuya autorización estaba en proceso de renovación. La conclusión fue clara: la EFSA no pudo descartar la genotoxicidad de ninguno de los aditivos evaluados. La genotoxicidad se refiere a la capacidad de un producto químico para dañar el material genético de las células, lo cual puede conducir a mutaciones y aumentar el riesgo de enfermedades graves como el cáncer.
Aunque el informe no afirmaba categóricamente que estos aditivos fueran genotóxicos, la incertidumbre y la falta de datos concluyentes suficientes llevaron a las autoridades a adoptar una postura de precaución. «Con mejores metodologías de evaluación disponibles hoy en día, la incapacidad para descartar riesgos se vuelve mucho más preocupante», explicó la EFSA.
A raíz de este informe, la Comisión Europea y los estados miembros debatieron intensamente las opciones de gestión de riesgos. El resultado fue una decisión firme del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos: los ocho aditivos de aroma de humo serán retirados del mercado.
El proceso de eliminación de los aditivos de aroma de humo se implementará de manera escalonada: los productos como patatas fritas sabor barbacoa, sopas y salsas BBQ deberán retirarlos en un plazo de dos años, lo que significa que para 2026, los consumidores europeos tendrán que despedirse de muchas de sus recetas favoritas con sabor ahumado artificial; en cuanto a los productos tradicionalmente ahumados como jamones, pescados y quesos, la eliminación será más gradual, con un período de transición de cinco años, por lo que, a menos que se encuentren alternativas seguras, para 2029 estos productos deberán estar libres de los aditivos en cuestión.
La industria alimentaria ahora se enfrenta al reto de encontrar sustitutos seguros para estos aditivos, conocidos por replicar el sabor del ahumado tradicional. Estos compuestos son especialmente populares porque permiten añadir un sabor ahumado distintivo a alimentos que normalmente no se ahumarían, como las sopas, las salsas o incluso algunos productos de repostería y helados.
Durante los próximos meses, los fabricantes trabajarán intensamente para desarrollar alternativas que no solo sean seguras, sino también capaces de mantener el perfil de sabor que los consumidores esperan. La capacidad de la industria para innovar en este frente determinará si los cambios en la cesta de la compra serán temporales o permanentes.
Para los consumidores, esto significa un cambio en los productos disponibles en los supermercados. Aquellos que disfrutan de los alimentos con sabor ahumado deberán estar atentos a las etiquetas y posibles nuevos productos que prometen reemplazar a los actuales. Además, este caso subraya la importancia de la vigilancia continua por parte de las autoridades de seguridad alimentaria para proteger la salud pública.
La EFSA continuará evaluando la seguridad de los aditivos alimentarios, asegurando que solo los compuestos que han demostrado ser seguros para su consumo se mantengan en el mercado de la UE. Este proceso es fundamental para mantener la confianza de los consumidores en la seguridad de los alimentos que consumen diariamente.