El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea ha emitido una alerta de severidad alta tras detectar la peligrosa bacteria Escherichia coli en un lote de chirlas procedentes de España. La alerta fue lanzada después de que un análisis de laboratorio confirmara la presencia del patógeno en este marisco, conocido por su popularidad en las cocinas europeas.
El informe del RASFF detalla que las chirlas contaminadas tenían como origen la materia prima proveniente de Italia, aunque fueron procesadas y distribuidas desde España. Afortunadamente, no se han registrado casos de personas afectadas por esta bacteria en el continente hasta la fecha. La detección precoz y la notificación del patógeno se realizaron gracias a los rigurosos sistemas de control oficiales del mercado europeo, con España desempeñando un papel clave en la identificación del problema.
Sin embargo, el informe del RASFF no especifica si las chirlas contaminadas pertenecen a una marca en particular o a un producto específico, lo que dificulta a los consumidores la identificación exacta de los productos potencialmente peligrosos. Las autoridades han asegurado que, por el momento, no se han encontrado afectados ni síntomas relacionados con este incidente.
La Escherichia coli es una bacteria que puede encontrarse comúnmente en el intestino de seres humanos y animales sanos. Aunque la mayoría de las cepas son inofensivas o provocan solo síntomas leves como diarrea, algunas variantes pueden ser extremadamente peligrosas. Según la Clínica Mayo, ciertos subtipos de E. coli pueden causar síntomas graves como cólicos abdominales intensos, diarrea con sangre y vómitos. Además, puede infectar incluso en pequeñas cantidades, haciendo que alimentos como una hamburguesa poco cocida o agua contaminada de una piscina sean potenciales fuentes de contagio.
Las autoridades sanitarias europeas recomiendan a los consumidores extremar las precauciones con el consumo de mariscos y seguir las pautas de seguridad alimentaria para evitar posibles infecciones. Las investigaciones continúan para determinar el alcance total del problema y evitar cualquier riesgo para la salud pública.