Dimite Belarmina Díaz tras la tragedia en la mina de Cerredo
La dimisión de Belarmina Díaz ha sacudido esta mañana la Junta General del Principado. La hasta ahora consejera de Transición Ecológica, Industria y Comercio del Gobierno del Principado de Asturias ha anunciado que deja el cargo de manera irrevocable, tras las duras acusaciones vertidas desde la oposición en relación con el accidente en la mina de Cerredo, donde murieron cinco trabajadores y otros cuatro resultaron heridos el pasado 31 de marzo.
El anuncio ha llegado durante su comparecencia en el pleno parlamentario, donde comparecía para informar sobre los hechos ocurridos en la explotación minera de Degaña, al suroeste de Asturias. Su intervención, prevista de antemano, se ha transformado en un punto de inflexión político en la gestión del suceso.
Una dimisión meditada
Díaz ha comenzado su intervención con una exposición de veinte minutos, centrada en aportar datos sobre el accidente, la situación de la explotación y los trámites administrativos previos y posteriores al suceso. Ha explicado que presentó su renuncia el día anterior al presidente del Principado, Adrián Barbón, a quien ha agradecido públicamente "la confianza depositada" desde su nombramiento, que apenas se había producido dos meses antes del accidente.
"Si acepté este cargo fue porque quería trabajar por y para Asturias", ha declarado. Con voz firme y sin ocultar el impacto personal que ha supuesto la tragedia, ha subrayado que su única prioridad desde el 31 de marzo ha sido garantizar una investigación rigurosa, alcanzar la verdad y hacer justicia para las familias afectadas.
Críticas cruzadas en el pleno
El anuncio de su dimisión se ha producido después de escuchar a los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios. Las formaciones de la oposición han sido especialmente duras con la gestión del Gobierno en materia de control y seguridad en las explotaciones mineras, señalando presuntas negligencias y falta de supervisión.
En su turno final de palabra, Belarmina Díaz ha acusado a los partidos PP y Vox de "utilizar políticamente" la tragedia, y de priorizar el desgaste personal sobre el esclarecimiento de los hechos. "No les interesa saber por qué explotó la mina. Solo quieren atacarme", ha dicho con contundencia, antes de abandonar el atril.
Díaz ha defendido su actuación durante los días posteriores al accidente, asegurando que el Principado ha colaborado desde el primer momento con las autoridades judiciales y laborales encargadas de esclarecer las causas del siniestro.
El accidente en Cerredo
El pasado 31 de marzo, una fuerte explosión de grisú sacudió una galería subterránea en la mina de Cerredo, operada por la empresa Coto Minero Cantábrico, situada en el concejo de Degaña. El siniestro se saldó con cinco muertos y cuatro heridos, algunos de ellos de gravedad.
La tragedia provocó una fuerte reacción en la sociedad asturiana y puso el foco sobre las condiciones de trabajo en la minería, un sector con una larga tradición en el suroccidente asturiano pero también con numerosos desafíos en materia de seguridad.
Desde entonces, se han abierto varias investigaciones paralelas. La Fiscalía del Principado mantiene una causa abierta, al igual que la Inspección de Trabajo, que estudia si hubo irregularidades en los protocolos de seguridad.
Repercusiones políticas
La dimisión de Belarmina Díaz añade presión sobre el Ejecutivo regional en un momento de alta tensión política. Aunque el presidente Barbón no se ha pronunciado aún tras la renuncia, desde su entorno aseguran que se trata de una "decisión personal" que respeta y valora.
Mientras tanto, los grupos de la oposición exigen responsabilidades más amplias dentro del Gobierno y reclaman transparencia total en las investigaciones. También han solicitado la creación de una comisión parlamentaria para esclarecer las condiciones en las que operan actualmente las minas activas en la comunidad autónoma.
La salida de Díaz podría no ser la única consecuencia política de esta tragedia, que ha reabierto un debate de fondo sobre el futuro del sector minero en Asturias, sus riesgos, y el papel del Gobierno en su supervisión.