Revilla y el rey Juan Carlos I, citados en mayo para intentar evitar el juicio
El enfrentamiento judicial entre don Juan Carlos I y Miguel Ángel Revilla ya tiene una fecha clave en el calendario: el viernes 16 de mayo, a las 10:00 horas, ambas partes están citadas en un acto de conciliación que se celebrará en la sede de los juzgados de Las Salesas, en Santander. Un intento de última hora para evitar que el caso acabe en juicio.
Será en el Juzgado de Primera Instancia número 13 donde, si así lo deciden, se verán las caras el rey emérito y el veterano político cántabro, o en su defecto, sus representantes legales. El procedimiento está previsto como paso previo al litigio formal que ha iniciado el exjefe del Estado contra Revilla por presuntas injurias vertidas en declaraciones públicas.
Qué se decidirá en el acto de conciliación
La comparecencia será ante la letrada de la Administración de Justicia, quien tomará nota de lo que ambas partes tengan que decir. No es un juicio, pero sí un trámite legal en el que pueden ocurrir varios escenarios:
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Si el rey emérito no acude, se entenderá que desiste de la demanda y se archivará el expediente.
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Si quien no comparece es Revilla, se dará el acto por intentado sin más consecuencias, dejando la puerta abierta al juicio.
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Si ambas partes se presentan, podrán intentar llegar a un acuerdo y firmar un acta con los términos pactados.
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Si no hay acuerdo, quedará constancia de la falta de avenencia y la causa continuará su curso.
Tras la cita, se dictará un decreto en el que se recogerá si hubo o no entendimiento. En caso contrario, el pleito seguiría adelante en los tribunales.
La raíz del conflicto: unas declaraciones polémicas
Todo comenzó tras unas intervenciones públicas de Revilla, realizadas en mayo de 2022 y enero de 2025, en las que, a juicio del entorno del rey emérito, se habrían lanzado comentarios ofensivos y dañinos para su honor. Por ello, la demanda presentada reclama 50.000 euros de indemnización, una cantidad que, según la defensa de Juan Carlos I, se destinaría a fines benéficos.
El expresidente cántabro, sin embargo, se mantiene firme y no se retracta de lo dicho. De hecho, ha reiterado su postura en diversas entrevistas, dejando claro que no tiene intención de disculparse ni suavizar sus palabras. En su entorno se interpreta la demanda como un intento de acallar las críticas.
Una defensa mediática y con conexiones políticas
Llamó la atención que la abogada elegida por Juan Carlos I para llevar el caso sea la misma que defiende al actual novio de Isabel Díaz Ayuso en su proceso contra la Fiscalía. Un detalle que no ha pasado desapercibido y que algunos ven como un movimiento estratégico por parte del entorno del emérito para reforzar su posición judicial.
A esta ofensiva legal se ha sumado en los últimos días otra novedad: una nueva demanda contra Corinna Larsen, la expareja del rey, también por cuestiones relacionadas con la intimidad y el honor. Todo indica que el emérito ha optado por activar una defensa judicial más agresiva en un momento especialmente delicado para su figura pública.
Una cita con trasfondo político y mediático
La cita del 16 de mayo va más allá de lo meramente jurídico. Supone el choque frontal entre dos figuras muy distintas: el antiguo monarca y uno de los políticos más mediáticos de la España autonómica. Más allá del desenlace del acto, el caso ya está generando una notable expectación, no solo en Cantabria, sino también a nivel nacional.
En un país donde las tensiones entre poder institucional y libertad de expresión no son nuevas, esta causa podría marcar un precedente importante sobre los límites del discurso político y las críticas públicas hacia la Corona.