A unos pocos días de que el Real Madrid y el Atlético se enfrenten en los octavos de final de la Champions League, las dinámicas de ambos equipos son bien distintas. Los blancos solo han ganado uno de los últimos cinco partidos de Liga y, tras la derrota de este sábado ante el Betis, han puesto en bandeja el liderato a sus vecinos, que dormirán hoy en lo más alto a la espera de lo que haga mañana el Barcelona contra la Real Sociedad.
Y no había empezado mal la tarde para el Madrid, ya que, a los diez minutos, Mendy regaló un gol a Brahim, que jugaba por la sanción de Bellingham. Todo hacía indicar que los de Ancelotti, por fin, iban a poder enlazar dos victorias en la competición doméstica, pero, a la vez que empezó a diluviar en el Benito Villamarín, el Betis comenzó a tomar el control del partido. Tanto fue así que, en el minuto 34, tras un córner mal defendido, Johnny Cardoso puso el empate a pesar de que Courtois llegó a tocar el balón. A partir de ahí, el partido se le fue de las manos al Madrid.
El equipo sevillano era un vendaval que solo el portero belga era capaz de frenar. Para poner en contexto, el Betis sacó nueve córners y disparó 18 veces, frente a los dos córners y nueve disparos del Real Madrid. Los blancos aguantaron y se fueron al descanso con empate y con la esperanza de que algo cambiase, pero, a los diez minutos de la segunda parte, Rüdiger cometió un penalti que Isco transformó para poner a su equipo por delante. El Madrid no supo reaccionar y lo más destacado fue que Ancelotti sacó a Mbappé del campo con el equipo perdiendo y con 15 minutos todavía por jugar.
Julián es una bendición para el Atlético
Los de Simeone siguen en ese punto en el que todo parece salirles bien. Ante el Athletic tuvieron que trabajar y sufrir mucho para llevarse la victoria por la mínima, pero han empezado el peligroso mes de marzo de la mejor manera.
Julián Álvarez comenzó el partido en el banquillo para descansar después del desgaste en Barcelona, y se notó mucho en la primera parte. En esos 45 minutos, pasó poco más que alguna ocasión aislada de cada equipo, ya que ambos parecían estar más pendientes de no perder que de ganar.
Tras el paso por vestuarios, el partido se animó bastante, con un juego más directo y atractivo. Julián entró en el minuto 59, y 7 minutos en el campo fueron suficientes para poner a su equipo líder. Eso es lo que diferencia a los buenos delanteros de los mejores: necesitó tocar un balón para mandarlo a la red.
Simeone estaba convencido en defender el resultado y sacó a José María Giménez para ello. El equipo vasco tuvo varias ocasiones para, al menos, irse de la capital con un punto. En la misma jugada, mandó dos balones a la madera y, a los pocos minutos, otro tiro se estrelló en el palo.
Pero los rojiblancos hicieron valer el 1-0 y, con el apoyo de un Metropolitano rendido a su equipo, vuelven a ser líderes casi un mes después.
El martes, el Bernabéu será testigo del primer asalto de una batalla que se antoja preciosa. Llega la mejor etapa de la temporada.