En verano, cuando se anunció la marcha de Kylian Mbappé, quien había sido la gran estrella del PSG junto a Messi y Neymar, que se marcharon una temporada antes, todo apuntaba a una reconstrucción en el conjunto parisino. Seguramente seguirían luchando por ganar la liga francesa, una competición que dominan todos los años debido a la falta de nivel en muchos equipos, pero en Europa se esperaba que les costara más avanzar rondas.
Sin embargo, ha sucedido todo lo contrario. Hacía mucho tiempo que no se veía a un PSG tan competitivo, tan peligroso y tan bien entrenado como el de los últimos meses. Ya no buscan tanto fichar a las mayores estrellas mundiales y pagar grandes cantidades de dinero por ellas. Aunque esto último aún lo hacen, ya que el equipo francés sigue siendo ese conjunto con dinero prácticamente ilimitado de Catar, pero ahora el objetivo es encontrar talentos jóvenes que ayuden a construir un equipo competitivo ahora, pero sobre todo en el futuro.

Lucho, el artífice de este PSG
Luis Enrique, ganador de un triplete con el Barcelona, está siendo el encargado de conseguir que el PSG ya no sea ‘el equipo de’, sino ‘un equipo‘, sin egos, sin grandes individualidades, donde todos juegan para todos.
El que se está consagrando como el líder del proyecto en el campo es Dembélé, quien, tras salir del Barça, parece haber encontrado por fin su sitio y está haciendo la mejor temporada de su carrera. Lleva 20 goles en 23 partidos, muchos de ellos en encuentros importantes, como el de ayer en Anfield, donde el PSG, tras perder en la ida 0-1, remontó la eliminatoria en el campo del Liverpool y se clasificó para cuartos de final en los penaltis, eliminando a un equipo que había ganado todos sus partidos de Liga de Campeones esta temporada.
Con la Ligue 1 prácticamente asegurada (le sacan 16 puntos al segundo clasificado), el equipo parisino empieza a soñar con ganar la Champions League, el gran objetivo de este proyecto y por el que se han invertido tantos millones. Puede que este sea el año, justo cuando, por fin, el PSG tiene un verdadero equipo. Porque, al final, el fútbol va de eso, y por algo hay 11 jugadores en el campo. De lo contrario, no habría explicación para que ahora fueran mejores que cuando tenían una delantera con Messi, Neymar y Mbappé.