El juez ha decretado una orden de alejamiento de 200 metros de Luis Rubiales sobre Jenni Hermoso y la prohibición de comunicarse con ella. El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol acudió ayer viernes a declarar y el juez encargado del caso ha aceptado parte de las peticiones de la Fiscalía.
Se cumple casi un mes del polémico beso no consentido de Rubiales a Hermoso en la entrega de medallas del Mundial Femenino. Desde entonces, hemos vivido de todo: el apoyo casi unánime a nivel mundial a la futbolista del Pachuca, la bochornosa actitud de Rubiales, su posterior dimisión e incluso el encierro de la madre del exdirectivo en una iglesia de Motril.
El caso llegó a la vía judicial después de que Hermoso formalizara su denuncia contra Rubiales y la propia Fiscalía presentara también una querella, que fue admitida por el juez. El ministerio público cree que la actitud de Rubiales puede ser constitutiva de un delito de agresión sexual y de coacciones por la presión que el expresidente de la RFEF ejerció contra la futbolista y su entorno.
Rubiales fue llamado a declarar ayer viernes a las 12:00 en el Juzgado Central de instrucción número 1 junto con su abogada. La investigación está a cargo de la Audiencia Nacional, pues el presunto delito se cometió fuera de las fronteras españolas. Rubiales declaró durante unos 40 minutos e incluso volvió a reafirmar que el beso sí fue consentido. Respondió a todas las preguntas del juez, explicó su propia versión de los hechos y también negó haber presionado a la futbolista.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó medidas cautelares, como comparecencias del investigado cada 15 días, una orden de alejamiento de 500 metros y la prohibición de comunicarse con ella por cualquier vía. Finalmente, el juez ha admitido una parte. Así, Rubiales no puede acercarse a menos de 200 metros de Hermoso ni tampoco comunicarse con ella por cualquier medio.