UNICEF ha presentado recientemente su informe «España: pobreza infantil en medio de la abundancia», que refleja que la tasa de pobreza infantil es de un 27,8%. Siendo este el nivel más alto en toda la Unión Europea.
Teniendo en cuenta otros factores como la pobreza material y la pobreza subjetiva, España está en una de las peores situaciones entre los países de altos ingresos. Según se extrapola de los datos analizados, que pertenecen al período de 2019 a 2021.
Contabilizando los países de la OCDE, España ocupa el puesto 36 de 39 en tasa de pobreza infantil. Solo superada por Reino Unido, Turquía y Colombia.
Una situación inaceptable
Gustavo Suárez Pertierra, Presidente de UNICEF España, ha tachado la situación de «inaceptable», y ha manifestado que no se puede volver la vista hacia otro lado cuando hay miles de niños y adolescentes que no disfrutan de unas condiciones de vida dignas.
Los niños sufren la pobreza de diferentes formas. Muchos de ellos no pueden comer de manera equilibrada, porque sus familias no pueden permitirse comprar carne, pescado, frutas y verduras con asiduidad.
En otros casos la pobreza se manifiesta en tener que vivir en una casa con una temperatura inadecuada, no tener ropa y calzado en buenas condiciones, o no poder disfrutar de actividades de ocio.
Tal y como destacan desde UNICEF, esto tiene consecuencias a corto, medio y largo plazo en el desarrollo de los niños, y les impide la realización de muchos de sus derechos.
Un fenómeno que se extiende
El incremento de la pobreza de los niños en los países ricos es algo que se viene observando desde hace años. En el caso de Francia y Reino Unido, el incremento de la tasa de pobreza infantil ha sido notable en los últimos años.
En España, aunque el nivel es alto, las cifras han mejorado ligeramente, pero solo se ha conseguido reducir la tasa de pobreza infantil un 4% en el período transcurrido entre 2014 y 2021. De media, los países analizados han conseguido una reducción del 8% en este mismo período.
En el extremo contrario se encuentran Polonia y Eslovenia, que son los dos países que mejores resultados están consiguiendo en la lucha contra la pobreza infantil. Ambos han reducido los niveles mas de un 30% entre 2014 y 2021.
A nivel global, teniendo en cuenta los países que integran la OCDE y la Unión Europea, existen más de 69 millones de niños que viven en hogares cuyos ingresos son inferiores al 60% de la renta nacional media.
Una situación que se prolonga en el tiempo
Las consecuencias de la pobreza infantil, especialmente cuando esta es de larga duración (si se prolonga durante dos o mas años), se pueden extender a toda la vida de los niños afectados.
Porque la falta de recursos económicos afecta a sus posibilidades de desarrollo educativo. Los niños que se crían en hogares con un nivel de renta por debajo de la media, tienen menos posibilidades de acabar los estudios y, por tanto, lo tienen más difícil a la hora de acceder a un salario bien remunerado. Por lo que esta situación de pobreza podría trasladarse a la siguiente generación.
Numerosos estudios demuestran que la pobreza crónica tiene vinculación directa con problemas de aprendizaje. Porque los niños que la sufren padecen más problemas de salud física y problemas emocionales, e incluso de comportamiento, que los niños y adolescentes que no sufren pobreza, o la experimentan solo de manera puntual.
Para paliar este problema, desde UNICEF proponen incrementar las políticas sociales de apoyo económico orientadas a la infancia y las familias. Mejorando el acceso a servicios esenciales y a una vivienda digna.