España se está convirtiendo en una gran plantación de marihuana. A falta de conocer los datos definitivos de 2021, el ministerio del Interior reconoce que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado realizaron entre enero y noviembre del año pasado 2.107 grandes operaciones policiales (1.636 por la Guardia Civil y 471 por la Policía Nacional) contra las plantaciones de cannabis en nuestro país, que conllevó la incautación de 2,38 millones de plantas y 114.741 kilos de marihuana, su principal derivado. O lo que es lo mismo, una media diaria de 6 operaciones diarias, 7.100 plantas decomisadas y 314 kilos intervenidos de marihuana ya tratada. Se trata de cifras récord desde que se contabilizan estas estadísticas desde el año 2013.
España encabeza ya la producción de esta droga a escala europea junto a Países Bajos, tradicionalmente el mayor productor del mundo. La situación es tan grave que Interior presentó en diciembre del año pasado un ‘Plan Nacional de Actuación contra la Criminalidad Asociada a la Producción y Tráfico de Marihuana’ en el que van a aunar esfuerzos Guardia Civil, Policía Nacional, Mossos d’Esquadra, Ertzaintza, Policía Foral de Navarra, Vigilancia Aduanera y la Fiscalía Especial contra el tráfico de drogas. El objetivo es incrementar la desarticulación de grupos de crimen organizado que cultivan estas plantaciones (ya van 236 en cinco años), disminuir los canales de distribución de la marihuana y destruir con mayor rapidez los cultivos, que cada vez son más grandes.
Y es que las noticias se suceden con titulares parecidos. Este jueves Policía Nacional y Guardia Civil informaron de que habían aprehendido en Barcelona el mayor alijo de marihuana de Europa. En una finca de 32 hectáreas de la localidad de Vilasar de Mar, los agentes encontraron 100.000 plantas, además de más de 97.000 esquejes en distintas fases de crecimiento. Los responsables de la plantación habían instalado un sofisticado sistema de seguridad mediante más de 100 cámaras dotadas de última generación para detectar cualquier movimiento, las cuales enviaban imágenes a un centro de control donde existía vigilancia durante las 24 horas. En total se han intervenido algo más de seis toneladas de marihuana, dentro de las cuales había 3,5 toneladas de cogollos envasados al vacío en numerosas sacas termoselladas.
A principios de junio Policía Nacional y Vigilancia Aduanera realizaron otra importante operación en la que detectaron que cárteles mexicanos de Sinaloa estaban controlando en España algunas plantaciones de marihuana en Guadalajara, donde decomisaron 1.000 kilos de cogollos de ‘maría’. Esta organización criminal invertía en nuevos sistemas de cultivo basados en la creación de contenedores con un software inteligente que les permitían obtener cosechas en menos de tres meses. Hubo 24 detenidos.
No han sido los únicos titulares. En abril de este año Guardia Civil y Policía Foral de Navarra anunciaron que habían desmantelado la mayor plantación de marihuana de Europa entre las localidades de Olite y Artajona: 11 fincas donde crecían 415.000 plantas que hubieran alcanzado en el mercado 100 millones de euros. Un primer puesto en un ranking desbancado ahora por la plantación de Barcelona.
Seis meses antes, en octubre de 2021, la Guardia Civil informaba de la incautación de 135.000 plantas de cannabis en la localidad de Huerta de Valdecarábanos (Toledo), entonces la mayor “cantidad de este cultivo en Europa” hasta que el podio se lo quitó el de Navarra. En en el verano de 2021, la Benemérita decomisó en una nave industrial de La Mojonera (Almería) 5,6 toneladas de marihuana, cogollos ya listos para consumir que se iba a enviar a Reino Unido, en lo que denominó “el mayor alijo de esta droga incautado en una operación policial en España”.
En agosto de 2021 la Guardia Civil también localizaba más de 29.000 plantas de marihuana en las localidades de Requena y Yátova, el mayor cultivo encontrado hasta la fecha en la provincia de Valencia. Un mes después, en septiembre, la Benemérita se incautaba de otras 40.000 plantas de cannabis y 130 kilos de marihuana en el municipio granadino de Escúzar, “la mayor plantación descubierta hasta el momento en la provincia de Granada”.
El cultivo ilegal de la marihuana ha crecido notablemente en los últimos años en nuestro país y se ha asentado gracias a grupos organizados que ven en estas plantaciones un negocio fácil, ya que necesitan poca inversión y generan mucho beneficio. Cultivar marihuana, por ejemplo, tiene menos riesgo que el tráfico de hachís, ya que no hay que cruzar fronteras, el material para hacerlo es más barato y accesible, y hay una mayor cultura de consumo y, por tanto, más demanda. El gramo de marihuana rondaba los 5,10 euros en 2020, según el último informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones publicado por el Ministerio de Sanidad. Pero el precio en el mercado negro se llegó a duplicar con la llegada de la pandemia y las numerosas actuaciones policiales, condicionantes que han dificultado su tráfico.
El negocio es tan rentable, no obstante, que las pequeñas plantaciones en interiores (en habitaciones, garajes, cobertizos, trasteros, pequeñas naves industriales…) han dado paso a grandes plantaciones exteriores, en pleno campo y controlados por grupos organizados. Interior asegura que «en el cultivo de cannabis y el tráfico de marihuana operan ya verdaderas organizaciones trasnacionales con una potente actividad policriminal y provistas de gran logística y movilidad». Su actuación está generando además «la aparición de ilícitos asociados como la trata o el favorecimiento de la inmigración irregular para la explotación laboral de las víctimas en las plantaciones de cultivo, donde son sometidas a condiciones de trabajo inhumanas». Según un estudio de Sanidad el 42% de las personas que consume marihuana la han conseguido gracias a un traficante y un 8,2% porque tiene una plantación propia.
Más decomisos desde 2016
Los decomisos no han dejado de crecer desde el año 2016. Ese año se incautaron 724.000 plantas, cifra que pasó a 981.000 en 2018, a 1.700.000 en el año 2020 y a 2.380.000 en 2021 (a la espera de datos definitivos y oficiales que incrementarán esta cifra). Respecto al principal derivado de las plantas de cannabis, la marihuana, en 2016 solo se intervinieron 21.000 kilos; 38.000 en 2018; 70.073 kilogramos en 2020 y 2021 terminará con una cifra superior a los 114.000 kilos. Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid encabezan los decomisos. Entre las nacionalidades de los detenidos predominan los españoles, albaneses, marroquíes y rumanos.
Andalucía, por ejemplo, cerró el año 2020 con 630.000 plantas incautadas en toda la comunidad. Pero el año pasado, en 2021, solo en Almería la Guardia decomisó 630.273 plantas, cuando en 2020 solo habían sido 34.000. Bajo los invernaderos de la provincia supuestos cultivos legales con fines industriales o médicos esconden en realidad otro negocio más lucrativo, el del tráfico ilegal de marihuana.
No obstante, las pequeñas plantaciones ‘indoor’ (en el interior) siguen siendo las preferidas, porque son más fáciles de ocultar y, por tanto, de localizar. En el mercado legal se encuentra todo lo necesario para montarlas: lámparas, humificadores, sistemas de riego, filtros de carbono para evitar el olor, sistemas de insonorización, sistemas para controlar el CO2. Con un buen trabajo se pueden sacar tres cosechas de una planta. Cada planta te da unos 50 gramos, tres cosechas son 150 gramos. Si por ejemplo tienes 100 plantas en una nave son 15.000 gramos en un año. A 10 euros por gramo son 150.000 euros.
Los grupos organizados no solo recurren a las grandes plantaciones con más frecuencia, sino que también consideran un nicho de oportunidad que estas pequeñas plantaciones ‘indoor’ se monten en hogares de familias humildes. Las mafias les instalan todo lo necesario y a cambio de un pago acordado funcionan como una gran cooperativa de pequeños productores. No solo hay mercado en España, sino en muchos países de Europa como Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Polonia y otros países del este. En Cádiz, por ejemplo, una de las provincias con la tasa de paro más alta, las incautaciones en pequeñas plantaciones ‘indoor’ han pasado de 25.000 plantas en 2017 a casi 69.000 en 2021.
Las plantaciones de cáñamo de cannabis y marihuana son, a simple vista, exactamente iguales, ya que es la misma planta. Su uso es legal si el cultivo va destinado a la industria, generalmente fibra o semillas, o al aceite que se extrae de ellas. La superficie dedicada al cultivo industrial se ha multiplicado por ocho desde 2016 y ha pasado de 61 a 510 hectáreas, según datos del ministerio de Agricultura. También si tienen autorización expresa de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para fines científicos, médicos o de investigación. En España solo hay unas 25 hectáreas de cultivo con este tipo de autorización.
España prohibió el cultivo, la producción y venta de cannabis en 1967, seis años después de que el convenio de Naciones Unidas sobre estupefacientes lo incluyera en la “lista IV” junto a las drogas más dañinas, como la heroína. Pero según el Ministerio de Agricultura no se considera estupefaciente si tiene menos del 0,2% de THC (abreviación del componente psicoactivo tetrahidrocannabinol) y el cultivo en cuestión tiene fines industriales. Pero ese cultivo pasaría a ser ilegal si los cogollos resultantes se usan para fines recreativos, para el tráfico. En España solo se permite tener hasta 100 gramos de marihuana para consumo personal y únicamente privado. Si se consume además en la vía pública la multa es de 601 euros y puede ser de hasta 30.000 euros si se trata de una infracción grave. Todo lo que pase de esa cantidad es tráfico de drogas.
Lo que es una realidad es que el consumo ha ido subiendo año tras año. El 37,5% de la población española ha probado la marihuana en algún momento de su vida, según la encuesta EDADES del ministerio de Sanidad. En 1995, ese porcentaje era de apenas el 14,5%, lo que demuestra que la prohibición no ha frenado el consumo. Diariamente consume cannabis el 2,9% de la población y con bastante frecuencia otro 8%. La máxima prevalencia se da en el tramo de 15 a 24 años.
La gran mayoría consume el cannabis en forma de porro o canuto, aunque cabe destacar que un 4,4% también pipas de agua, bongs o cachimbas. Se ha notado un incremento desde el año 2017 en el uso de cigarrillos electrónicos para el consumo de cannabis. Por eso se ha abierto de nuevo el debate de la legalización. Según el CIS, el 90% de la población apoya que se legalice la marihuana con fines terapéuticos. Más de 70 países ya lo han hecho. En España, en octubre de 2021, el Congreso de los Diputados impidió la toma de consideración de la primera proposición de ley integral para la regulación del cannabis, una propuesta de Más Madrid.
Pero a finales de junio, la subcomisión sobre cannabis medicinal dio el primer paso para su regularización para uso terapéutico, emitiendo un informe favorable. Ahora, la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) deberá arbitrar lo que propone el informe, como se comprometió el Gobierno.