Carles Puigdemont ha expuesto con claridad las bases sobre las cuales Junts está dispuesto a iniciar negociaciones de investidura con Pedro Sánchez. En un ambiente de expectación y rodeado de su equipo en la ‘delegación’ en Bruselas, el expresidente catalán compartió una serie de condiciones que considera esenciales para un acuerdo histórico en el contexto político actual.
Ante una audiencia en la que figuraban figuras destacadas, como Laura Borrás, Carles Puigdemont tomó la palabra en un momento que describió como «muy especial». Comenzó analizando el contexto político actual y subrayó la importancia de los votos decisivos de Junts para la dirección futura de España. Señaló que el país se encuentra ante un dilema recurrente: enfrentarse al bloqueo o alcanzar un pacto. En su opinión, España no posee la capacidad necesaria para resolver conflictos políticos, y el pacto potencial con Junts no sería uno común debido a los ataques constantes dirigidos hacia el partido.
Puigdemont compartió ejemplos históricos, como el pacto PSC-PP para evitar que Xavier Trías se convirtiera en alcalde de Barcelona, y resaltó la ausencia de ánimo de venganza en las filas independentistas. Subrayó que un posible acuerdo sería un «compromiso histórico», aunque impuso una serie de condiciones esenciales para su consecución.
Entre las condiciones presentadas por Puigdemont, destaca la necesidad de identificar las claves fundamentales del conflicto. Se refirió al referéndum del 1 de octubre de 2017 como la respuesta legítima del pueblo de Cataluña y resaltó el incumplimiento de pactos y las inversiones por parte del Gobierno central, junto con la aplicación del artículo 155, como factores críticos de la situación actual.
El expresident no dudó en expresar la visión de Cataluña como una nación europea que se ha visto atacada, enfatizando la importancia de la independencia política para la supervivencia de la identidad catalana. Mencionó que Junts no renunciará a la unilateralidad y advirtió que la falta de pacto podría llevar a nuevas elecciones en España. En este contexto, manifestó que los independentistas están preparados tanto para elecciones como para una negociación que podría culminar en un acuerdo histórico.
Puigdemont planteó una pregunta fundamental: si los dos grandes partidos políticos están dispuestos a negociar con Junts. Si bien reconoció que no conoce la respuesta, enfatizó la necesidad de establecer condiciones para un proceso de negociación serio, honesto y ambicioso. Sin estas condiciones, consideró que el proceso carecería de sentido.
Las condiciones propuestas por Puigdemont incluyen el reconocimiento de la legitimidad del independentismo catalán y la eliminación de la consideración de amenaza y la etiqueta de «terroristas». También exigió el abandono total y efectivo de acciones judiciales contra los independentistas, alegando que el referéndum del 1-O no fue un delito, ni tampoco lo fue la declaración de independencia. Puigdemont solicitó un mecanismo de seguimiento para garantizar el cumplimiento de los acuerdos, dado el nivel de desconfianza existente.
En este nuevo escenario, Junts busca incluir la lengua catalana como oficial en la Unión Europea, una medida que ya está en marcha por parte del Gobierno en funciones. Puigdemont enfatizó que las condiciones propuestas no son contrarias a la Constitución ni a los Tratados europeos y subrayó que dependen de la voluntad política para lograr un compromiso genuino.
En cuanto a la resolución del conflicto en Cataluña, Puigdemont argumentó que ni el autonomismo ni el constitucionalismo han logrado soluciones efectivas. Considera que la autodeterminación podría ser la respuesta y sugiere que solo un referéndum pactado podría reemplazar el mandato del 1-O. Hizo referencia al artículo 92 de la Constitución para respaldar su posición y concluyó que «si se quiere, se puede».