José Manuel Villarejo, comisario jubilado, ha realizado revelaciones significativas durante su declaración como testigo en el juicio del caso Erial, donde se investiga el presunto cobro de más de 10 millones de euros en comisiones ilegales vinculadas a concesiones en la Comunitat Valenciana. En su testimonio, Villarejo ha señalado un posible «interés» por parte del Partido Popular (PP) y del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy en «cargarse» a Eduardo Zaplana, expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro con el PP, debido a la percepción de que Zaplana podría disputarles el liderazgo.
Villarejo vincula al CNI y al Gobierno de Rajoy con el presunto espionaje al suegro de Pedro Sánchez
Villarejo, quien fue el primer testigo propuesto por la defensa de Zaplana, hizo estas afirmaciones en relación con una comparecencia previa en el Congreso de los Diputados en la que mencionó la existencia de un interés por destruir a Zaplana, utilizando a un ciudadano sirio, confidente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Según Villarejo, entre 2010 y 2011 se llevaron a cabo acciones para desacreditar a Zaplana, aunque él decidió no participar en el asunto.
El comisario jubilado también reveló encuentros con el coronel jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Corbín, en los que discutieron asuntos relacionados con Zaplana. Villarejo indicó que le advirtió a Corbín sobre el uso de tácticas poco éticas y que había un «interés» del CNI hacia él y hacia los temas de Valencia.
En cuanto a posibles investigaciones oficiales sobre Zaplana en 2011, Villarejo afirmó que el interés era más bien político que judicial, y que incluso el expresidente de Les Corts y exdirector general de la Policía, Juan Cotino, estaba involucrado en esta cuestión debido a su relación con Rajoy.
Estas declaraciones de Villarejo arrojan luz sobre posibles motivaciones políticas detrás del caso Zaplana y refuerzan las sospechas de manipulación y uso indebido de recursos estatales para fines partidistas.