El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont, ha expresado en una carta publicada en la red social X, su temor a ser detenido si regresa a España con motivo de la investidura de Salvador Illa como presidente del Parlament.
Carles Puigdemont, líder de Junts y exiliado expresidente de Cataluña, ha expresado su preocupación por una posible detención si vuelve a España para la investidura de Salvador Illa como presidente del Parlament. En una carta publicada en X este sábado, Puigdemont aseguró que: «Así como ir al exilio fue una decisión política, volver del exilio también lo es».
En su mensaje, destacó que el acuerdo entre PSC y ERC para la investidura de Illa «hace que la detención sea una posibilidad real en muy pocos días» si cruza la frontera española. La carta, escrita después de la consulta interna de ERC que aprobó la investidura de Illa, fue publicada para evitar acusaciones de chantaje emocional o interferencia en el proceso interno del partido.
Puigdemont es consciente de las consecuencias que puede tener su regreso: «mi retorno puede comportar la detención e ingreso en prisión, quién sabe por cuánto tiempo». Insistió en que no permitirá que se le utilice como «objeto de negociación» ni que su arresto sirva para «abonar ninguna decisión política que comporte renunciar a la lucha» de Junts por la independencia de Cataluña.
En su mensaje, Puigdemont expresó su desacuerdo con los jueces, a quienes acusó de «en rebeldía contra las instituciones democráticas». Según él, su posible arresto evidenciará que «en España las amnistías no amnistían», y que existen jueces «dispuestos a desobedecer la ley», mientras que el Gobierno español observa la situación con «indolencia». También subrayó que «quien crea que esto no tendrá consecuencias, se equivoca», ya que su encarcelamiento ha sido un objetivo frustrado de las autoridades españolas durante siete años y para lograrlo deberán «violar muchas cosas». Puigdemont afirmó que esta «actitud antidemocrática y antiliberal de los aparatos del Estado» no es trivial para la causa independentista.
El dirigente de Junts también denunció ser víctima de «un golpe de Estado híbrido», alegando que «los poderes del Estado han usado un nivel de violencia política incompatible con la democracia». Reafirmó su compromiso con la independencia «sin ninguna renuncia», ya sea mediante «negociación bilateral cuando se den las condiciones» o a través de «la acción unilateral cuando sea la única alternativa al alcance».
Puigdemont criticó además a los jueces por no aplicar la amnistía, acusándolos de «incumplir» una norma diseñada para evitar «interpretaciones perversas», acusando a la judicatura de estar «en rebeldía contra las instituciones democráticas».
Por último, Puigdemont acusó a ERC de orquestar «campañas de desprestigio» en su contra durante los últimos años y advirtió que un gobierno encabezado por Illa sería «un Govern de carácter españolista», que sería «alérgico a la plena normalización de la lengua catalana» y «no tendría ninguna capacidad de negociación real con el Gobierno español para resolver un conflicto histórico».