El derbi madrileño del pasado domingo entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid será recordado no solo por el empate final en el marcador, sino por los graves incidentes de violencia. A tres días de lo ocurrido, el debate sobre la violencia en el fútbol, el racismo y la responsabilidad de los clubes ha traspasado las fronteras del deporte, desatando una ola de reacciones políticas y sociales en todo el país.
Lo que debía ser una fiesta deportiva se tornó en un triste espectáculo cuando, tras el gol de Éder Militão, que adelantaba al Real Madrid, desde las gradas comenzaron a llover objetos como botellas y mecheros sobre la portería defendida por Thibaut Courtois. Inmediatamente, el árbitro Mateu Busquets Ferrer aplicó el protocolo y detuvo el partido, enviando a los jugadores al vestuario mientras se intentaba controlar la situación. La pausa duró 15 minutos, pero la mancha en la imagen del fútbol español podría perdurar por mucho tiempo.
Condena del Gobierno y las instituciones deportivas
La respuesta de las instituciones no se hizo esperar. La ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, condenó enérgicamente los hechos, anunciando una sanción “contundente y severa” por parte de la Comisión Permanente contra la Violencia en el Deporte. Asimismo, la ministra insistió en la necesidad de colaboración entre los clubes, federaciones y cuerpos de seguridad para garantizar que situaciones como esta no se repitan, subrayando que los incidentes “atacan directamente la magnífica imagen del fútbol español”.
A este respecto, LaLiga emitió un comunicado defendiendo la “colaboración plena” del Atlético de Madrid con la Policía Nacional, en respuesta a las acusaciones del sindicato policial JUPOL, que criticó al club por no permitir la intervención de las fuerzas de seguridad en el estadio. En contraposición, LaLiga destacó el buen trabajo del dispositivo de seguridad desplegado, afirmando que fue “ejemplar”.
No obstante, el sindicato policial mantuvo su postura, señalando que algunos ultras del Frente Atlético, el grupo radical de aficionados, habían actuado con total impunidad y que el club había permitido la entrada de personas encapuchadas, muchas de ellas portando simbología neonazi. Una falta de intervención oportuna que, según el sindicato, agravó la situación.
Críticas de Podemos a Cerezo y Simeone
En el plano político, las críticas no solo se han dirigido a los actos violentos en el estadio, sino también hacia las figuras del club. En este sentido, el secretario de Podemos, Pablo Fernández, acusó directamente al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, de ser “connivente” con el sector radical de la afición, el Frente Atlético, al que calificó como un “grupúsculo nazi”.
Fernández también arremetió contra Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, por sus polémicas declaraciones en las que sugería que las acciones de los jugadores, en especial las de Thibaut Courtois, podrían haber provocado la reacción de la afición. “El señor Simeone también debería reflexionar seriamente sobre sus declaraciones de ayer, porque la violencia no se puede amparar bajo ninguna circunstancia”, afirmó Fernández, criticando duramente las palabras del entrenador.
Unanimidad política en la Comunidad de Madrid ante lo ocurrido en el derbi madrileño
La reacción en el ámbito político de la Comunidad de Madrid estuvo marcada por la unanimidad de todos los partidos. En este sentido, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, lamentó lo ocurrido y pidió que los responsables no vuelvan a poner un pie en el Cívitas Metropolitano. “Lo que vivimos no tiene cabida en el fútbol ni en el deporte”, dijo el alcalde, visiblemente afectado por el impacto que esto podría tener en la imagen del Atlético de Madrid, equipo del que es aficionado.
Posteriormente, los partidos representados en la Asamblea de Madrid —PP, Más Madrid, PSOE y Vox— condenaron los incidentes y llamaron a tomar medidas drásticas para expulsar a los violentos de los estadios. El portavoz del Partido Popular, Carlos Díaz-Pache, subrayó la importancia de que este tipo de comportamientos no empañen el espectáculo que representa un derbi de esta magnitud, en el que más de 70.000 aficionados asistieron al estadio. Por su parte, la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, pidió “tolerancia cero” con los violentos y recordó que el fútbol debe ser un espacio de civismo y respeto, donde no tengan cabida ni la violencia ni el racismo.
El líder del PSOE en Madrid, Juan Lobato, hizo una reflexión similar, destacando la importancia de que los estadios ofrezcan un buen ejemplo para los niños que asisten a estos eventos. “Lo que vieron millones de niños en España fue un espectáculo bochornoso”, afirmó Lobato, insistiendo en la necesidad de erradicar la violencia y el racismo de los recintos deportivos.
Por último, la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, también se mostró en contra de “todo lo que sea violencia en el fútbol”, pero señaló que el debate en torno a estos hechos le estaba dando demasiado protagonismo al tema. “Me gustaría que nuestros hijos vean deporte cuando van al fútbol, hablemos de quién es el mejor delantero, no de otras cosas que no deberían tener tanta relevancia”, señaló Monasterio.
Acciones futuras para erradicar la violencia en el fútbol
Aunque aún no se ha anunciado el castigo que recaerá sobre los responsables, la Comisión Estatal contra la Violencia, que se reunió el lunes, aseguró que están trabajando en la identificación de los culpables. Por su parte, el Atlético de Madrid ya ha tomado medidas para sancionar a algunos implicados, incluyendo la prohibición de acceso a sus recintos. Todo ello, con el objetivo de evitar este tipo de comportamientos que ponen de manifiesto que la lucha por erradicar la violencia de los estadios y devolver el respeto al deporte sigue siendo un desafío pendiente para el fútbol español.