jueves, noviembre 21, 2024
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Ayuso se niega a reunirse con Sánchez y acusa al Gobierno de difamación y pactos con los independentistas

El plantón de Ayuso a Sánchez intensifica el choque político entre Madrid y Moncloa, mientras el Gobierno aboga por respetar la institucionalidad

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha decidido no asistir a la reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, programada para el viernes 25 de octubre en el Palacio de la Moncloa. Ayuso justificó su ausencia señalando que ha sido “difamada” por Sánchez y que no considera legítima la reunión tras los recientes acuerdos entre el Ejecutivo central y los partidos independentistas catalanes, que, según ella, buscan “la ruptura de la Hacienda común”.

En el comunicado emitido este lunes por el Gobierno madrileño, Ayuso sostiene que el Gabinete de Sánchez contactó con su equipo el 18 de octubre para invitarla a esta reunión y que, por tanto, esta cita es parte de una serie de encuentros bilaterales “posteriores a la negociación de la ruptura de la Hacienda común de todos los españoles con los socios independentistas del Gobierno”. Un acuerdo que constituye el primero de los dos motivos por los cuales Ayuso decide no asistir a la reunión, subrayando que se trata de un pacto “letal para el Estado de derecho, la unidad de España y la solidaridad entre regiones”, y criticando la falta de transparencia institucional del Gobierno al no consultar la propuesta ni con los presidentes autonómicos ni con los ciudadanos.

En segundo lugar, la presidenta madrileña sostiene que la convocatoria llega en el contexto de una campaña de “difamación” en su contra por parte del Gobierno. “Menos de 24 horas antes de la convocatoria de La Moncloa, el presidente del Gobierno difamó a la presidenta en un viaje oficial a Bruselas”, señala el comunicado, refiriéndose a las acusaciones de Sánchez sobre los supuestos delitos fiscales de la pareja de Ayuso. Una situación que, según la líder regional, refleja un deterioro institucional que “no puede pasarse por alto”.

La réplica desde Moncloa

Desde Moncloa, el Ejecutivo calificó la decisión de Ayuso como “una irresponsabilidad y una dejación de funciones que perjudica a los ciudadanos de Madrid”, subrayando que su negativa “violenta la normalidad institucional” y pone los intereses de los madrileños “en un segundo plano” en favor de su confrontación con el Ejecutivo.

En esta línea, fuentes gubernamentales insistieron en la importancia del diálogo entre administraciones para abordar cuestiones clave como la vivienda y los servicios públicos, y recordaron que Ayuso es la única presidenta autonómica que ha decidido no participar en la ronda de reuniones bilaterales con Sánchez, mientras que otros líderes del Partido Popular, como los presidentes de Andalucía, Juanma Moreno; Galicia, Alfonso Rueda; y de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, sí lo han hecho.

Asimismo, el Gobierno rechazó las acusaciones de difamación por parte de Ayuso, aclarando que Sánchez “solo ha recordado los delitos fiscales cometidos por su pareja, delitos que esa misma persona ha confesado”.

Apoyo y matices desde Génova

Por su parte, el Partido Popular respaldó públicamente la decisión de Ayuso, aunque con ciertos matices. En este sentido, fuentes cercanas al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, aseguran que, si bien el líder popular ha defendido y seguirá defendiendo que los presidentes autonómicos deben participar en este tipo de encuentros bilaterales, Feijóo “comprende sus razones” para no acudir a la Moncloa, dado el contexto de las acusaciones personales. “El Gobierno de Pedro Sánchez la ha llamado corrupta a ella y delincuente a él”, afirmaron, refiriéndose a las declaraciones de Sánchez en Bruselas, donde calificó de “delincuente confeso” al novio de Ayuso.

En este sentido, Borja Sémper, vicesecretario de Cultura y portavoz del PP, expresó su apoyo a la decisión de Ayuso, aunque reiteró que “el paradigma de la institucionalidad es Alberto Núñez Feijóo”, destacando que el PP prefiere “preservar la institucionalidad” y abordar las diferencias “de cara” a través del diálogo.

No obstante, Sémper admitió que la relación institucional entre Ayuso y el Gobierno central está “rota”, culpando directamente a Sánchez de “insultar constantemente a la presidenta de la Comunidad de Madrid”. “Si te insultan todos los días y te acusan de delitos todos los días, parece razonable que la presidenta madrileña se revuelva y muestre su enfado así”, afirmó el portavoz de los populares.

División de opiniones en la Asamblea ante la decisión de Ayuso

En la Asamblea de Madrid, las reacciones han estado divididas, aunque con una defensa total y enérgica de la postura de Ayuso por parte del PP. En este sentido, Carlos Díaz-Pache, portavoz del grupo parlamentario popular en la Asamblea, argumentó que “la verdadera deslealtad institucional es que desde el Gobierno central se insulte y se difame a la presidenta de una comunidad autónoma”. “La presidenta ya dijo que no acudiría a tomarse un café con Pedro Sánchez en la Moncloa ni a debatir cuestiones en privado que deberían discutirse entre todos, como es el sistema de financiación autonómica”, remarcó Díaz-Pache refiriéndose a lo que considera como un pacto entre Sánchez y los independentistas “a espaldas de todos”.

Por su parte, el portavoz del PSOE en la Asamblea, Juan Lobato, criticó duramente la decisión de Ayuso, describiendo a la presidenta madrileña como una figura “destructiva” que utiliza “excusas” para evitar cumplir con sus responsabilidades. “Cualquier excusa es buena para Ayuso para no hacer su trabajo, que es reunirse, escuchar, dialogar, exigir y reivindicar políticas públicas para Madrid”, afirmó Lobato, quien al hilo anunció la convocatoria de una reunión interparlamentaria del PSOE-M para analizar las necesidades de la Comunidad de Madrid, subrayando que no permitirán que Madrid “no esté representada”.

Asimismo, Lobato acusó a Ayuso de estar “obsesionada” con enfrentar políticamente al Gobierno central, algo que, en su opinión, está afectando gravemente su gestión en la región. “Mientras la presidenta se pelea en un constante ‘Street Fighter’ político, las necesidades de los madrileños, como la sanidad, la educación o el transporte público, quedan relegadas”, añadió el portavoz socialista.

En lo que al resto de formaciones respecta, la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, criticó la decisión de la presidenta calificándola como una “enésima rabieta” que, asegura, responde a los intereses personales de Ayuso más que a una verdadera preocupación por los madrileños. Mientras tanto, Isabel Pérez Moñino, portavoz de Vox, respaldo la postura de Ayuso calificando al Gobierno central de “corrupto, mafioso y golpista”.

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