«Quien resiste, vence». Ése es el mensaje que, a un día de su toma de posesión como vicepresidente de la Generalitat Valenciana para la Recuperación Económica y Social tras la DANA (aunque su nombramiento salió publicado en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana el pasado viernes), quiere trasladar el teniente general Francisco José Gan Pampols al pueblo de Valencia.
«Que resistan, que vamos a ayudar», dice con convencimiento (y un cierto tono de emoción en su voz), durante la conversación que ha mantenido con ESTRELLA DIGITAL para explicar, entre otros asuntos, por qué aceptó el cargo, quién formará su equipo o qué proyectos tiene para acometer una tarea que va asociada a su «espíritu de servicio«.
En esa conversación, Gan Pampols, que hizo historia el 27 de abril de 1999 al convertirse en la tercera persona de la Historia en pisar los tres Polos del Planeta, asegura que aceptó el cargo porque «cuando nosotros los militares empezamos nuestra vida militar lo hacemos formulando un juramento que habla de defender España, de protegerla… y España son los españoles».
De ahí que considere que, a pesar de estar retirado y no en servicio activo, «me piden que preste un servicio y, como decimos los militares, ni pedir ni rehusar; simplemente aceptar«.
El teniente general Gan, que lleva retirado desde que cumplió los 65 años, el año pasado, ya empleaba su tiempo, entre otras cosas, en impartir conferencias sobre liderazgo, dada su experiencia mandando unidades: principalmente de Montaña, pero también en Afganistán, en el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas o, más recientemente, en el Cuartel General de Alta Disponibilidad de Valencia y Bétera (este último, de la OTAN).
Se ríe cuando, en algunos comentarios publicados en redes sociales sobre su trayectoria, hay quien dice que habría que hacer una película sobre él, pero Francisco Gan siempre ha sido un hombre que no le ha dado importancia a sus hazañas y considera, también entre risas, que quienes hacen ese tipo de comentarios «son un poco fantásticos».
Gan Pampols está acostumbrado a «decidir bajo presión y en entornos complejos» y, aunque el plan de actuación ya está «en orden, su diseño -afirma- es un poco más complejo»
En cuanto a lo que él cree que puede aportar en su nuevo cargo como militar, Gan sostiene que su aval son los «47 años de servicio que ha estado mandando y obedeciendo, la capacidad para planear, para cohesionar equipos o la independencia respecto al partidismo», porque asegura que él no pertenece «a ningún partido político».
También asegura que él no tiene «ambiciones políticas ni ningún interés ajeno al servicio en esta situación», y recuerda que, en su época como militar ha vivido «situaciones muy complejas en las que ha tenido que decidir bajo presión y en entornos complejos». Y todo eso «ayuda», dice convencido.
En cuanto al plan de actuación que acometerá para llevar a cabo la tarea que le han asignado (reconstruir la Comunidad Valenciana tras la DANA), el teniente general titubea antes de contestar, pero afirma que ese plan «está en orden, pero el diseño es algo más complejo».
Así se estructurará el plan de actuación del teniente general Gan para recomponer Valencia tras la DANA
Lo que sí tiene claro (y es un hombre con una gran claridad de ideas) es que hay que «colocar a las personas en el centro de todas las acciones que hay que hacer y atender, una vez resuelta la emergencia, lo más urgente, que es proporcionar las condiciones básicas de vida para que recuperen, lo antes posible, la situación anterior a la catástrofe».
A continuación, y de manera simultánea, él ya tiene planeado (aunque todavía hay que concretar ese plan) «ofrecer medios de supervivencia a todos aquellos autónomos que no tienen colchón, y hay que ayudarles a que, inicialmente, de la manera que sea (contratando, creando cooperativas… habrá que verlo) para darles medios de subsistencia y futuro, esperanza».
Otra de sus acciones previstas es «hablar con las empresas», porque ellas son «las que más anclan la población al territorio, porque es donde se genera riqueza y se distribuye, y así hasta un plan de prevención y protección, y respuesta, que habrá que desarrollar desde ya».
Y tiene que ser «desde ya» porque él considera que «esto que ha pasado, va a volver a pasar». Aunque no se sabe «ni cuándo ni dónde -reflexiona-, ni si sería con la misma intensidad», pero, a su juicio, lo que no se puede es «no hacer nada». Y, aunque tiene claro que «es imposible detener» algo como lo ocurrido con la DANA, «nuestro trabajo y nuestra responsabilidad -asume- es minimizar sus consecuencias».
«Establecer plazos sería irreal» y ha fichado para su equipo al general Aguado «porque sé qué tiempo no voy a tener que perder con él»
Al preguntarle si se ha marcado plazos o le han marcado plazos, contestar inmediatamente: «Ni lo uno ni lo otro». Y lo dice convencido porque «sería irreal», afirma. «Se puede tener un horizonte estimado -señala-, que no lo tengo todavía», porque todavía no cuenta «con el control detallado de todo lo que hay que reconstruir o construir de nuevo».
Para ello, para acometer ese nuevo desafío en su carrera profesional, esta vez como un cargo político, el teniente general ha fichado para su equipo a un hombre de su máxima confianza: el general Venancio Aguado, también procedente de unidades de Montaña del Ejército de Tierra.
A corto plazo no habrá más incorporaciones a su gabinete, según explica Gan, aunque, «en caso de que se planteasen nuevas necesidades y no se pudieran satisfacer con el personal que hay o con las especialidades que hay, las buscaremos donde estén».
Y, en relación con el general Aguado, Gan asegura que lo ha fichado porque conoce «de su buen hacer, de su capacidad de trabajo, su brillantez en el planeamiento y en la conducción, y porque es de mi absoluta confianza -subraya- para esto que vamos a hacer… y sé qué tiempo no voy a tener que perder».
De su etapa en unidades de montaña aportará «la capacidad de sacrificio, el esfuerzo y la capacidad de decidir en los momentos difíciles».
Los dos son militares procedentes de unidades de Montaña, por lo que la pregunta que surge a continuación es obvia: ¿qué conocimientos de su etapa como montañeros en el Ejército van a aplicar para la tarea que tienen por delante?
Gan no duda al responder: «Aplicaremos lo que le proporciona la montaña a las personas: la capacidad de sacrificio, la abnegación, el esfuerzo, saber que las cosas cuestan (y cuestan mucho) pero eso no significa que haya que desistir, y la determinación y la capacidad para decidir en los momentos difíciles».
Para hacerse una idea de quién es Francisco Gan, en relación con esa filosofía que tiene vinculada a las unidades de montaña, sólo un dato (de los muchos que se podrían aportar): cuando él y sus compañeros de expedición llegaron al Polo Norte geográfico (hace ahora 25 años), recorrieron 1.000 kilómetros en dos meses, con temperaturas que rondaban los 50 grados bajo cero y perdieron un 15 % de masa corporal durante el trayecto.
«Han llegado en mejores condiciones físicas que psíquicas, porque ha habido un sufrimiento individual y colectivo provocado por situaciones de ansiedad y de pánico; son humanos y como humanos han padecido», declaraba entonces el doctor Ricardo Arregui, del Hospital MAZ de Zaragoza, uno de los miembros del grupo de apoyo a la expedición que estaban en el Campamento Base.
«Coordinar con departamentos, con la Administración, con departamentos ministeriales… será un reto titánico»
El teniente general Gan, experto en liderazgo, explica que esta nueva misión le plantea un reto «muy serio», e incluso lo califica como «titánico», por el hecho de que tendrá que «coordinar con diferentes departamentos, con la Administración General del Estado y con los distintos departamentos ministeriales».
Pero él asegura que todas estas gestiones intentarán afrontarlas «de la mejor manera posible». En su ADN, como experto en liderazgo, se inscribe una frase que él ha pronunciado en multitud de conferencias: «Para ser un buen líder hay que ser buena persona».
Por lo que, a continuación, la pregunta va encaminada a saber cómo es Francisco José Gan Pampols: «Pues es una persona normal y corriente, que ha tenidos oportunidades de vivir cosas muy atractivas, otras muy duras y difíciles, y siempre he tenido la idea clara de que el sentido a la vida lo da la decisión que se toma en un momento dado«.
Además, sigue insistiendo en que su espíritu está centrado en «servir a España» y que siempre ha pretendido «ser buena persona», aunque reconoce «que no siempre lo he conseguido, pero lo he intentado», concluye.
«Se ha elegido a un militar por unas capacidades concretas y hay que apartar ese sesgo negativo que se tiene hacia lo militar»
En relación con las críticas que ha recibido sobre el hecho de que un militar esté al frente de la recuperación tras la DANA, él lo tiene claro: «¿Por qué nos empeñamos en eso cuando de lo que estamos hablando es de necesitar capacidades?», responde, formulando esa otra cuestión.
«Esto no significa que no haya civiles para hacer esto; pero se ha elegido a un militar por unas capacidades concretas«, dice a modo de reivindicación y defendiendo su nombramiento. «Hay que apartar -añade- ese concepto partidista, ese sesgo negativo que se tiene hacia lo militar (entre comillas)».
En cuanto a si le afectan o no esas críticas, Gan admite que «preferiría que no las hubiera», porque confiesa que, al final, «la crítica siempre desgasta», pero también asegura que no se puede «permitir el lujo de atenderlas», sobre todo si no son «críticas constructivas».