El PSOE ha decidido eliminar el uso de las siglas Q+ en sus referencias al colectivo LGTBIQ+, lo que ha generado malestar y rechazo de otras fuerzas políticas, como Sumar y Podemos.
Este sábado, durante el 41 Congreso Federal, el PSOE aprobó una enmienda presentada por una corriente feminista interna. Esta iniciativa pretende eliminar las referencias al término «queer», que abarca identidades y orientaciones sexuales más allá de lesbianas, gais y transexuales.
El debate sobre esta propuesta estuvo marcado por la diversidad de opiniones dentro del partido. Delegaciones como las de Cáceres, Mallorca, Pontevedra y Coruña argumentaron que el término queer tenía connotaciones «misóginas, ultraliberales y antifeministas», lo que llevó a la decisión de suprimirlo del marco ideológico del PSOE. Este congreso, que también revisó más de 6.000 enmiendas, ha colocado nuevamente las tensiones internas del partido en el foco del debate público.
Reacciones de Sumar ante la decisión del PSOE
La reacción de los socios del PSOE no tardó en llegar con una publicación en redes sociales que rechazaba la decisión del PSOE: «La lucha por los derechos no puede dejar a nadie atrás. No se lucha contra la extrema derecha adoptando sus ideas».
Por su parte, Irene Montero, eurodiputada de Podemos y exministra de Igualdad, también arremetió contra la decisión. A través de una publicación en su cuenta de X, Montero aseguró que «Una mujer trans es una mujer. Lo demás es transfobia, aunque lo diga el PSOE». Más tarde, compartió un vídeo en el que destacó que «los derechos de las personas trans son Derechos Humanos». Montero advirtió que excluir a las mujeres trans de ciertos ámbitos, como el deportivo, podría establecer un precedente que fomente la discriminación en otros espacios.
Un debate que divide a la izquierda
La eliminación del término Q+ del marco ideológico del PSOE abre así un nuevo foco en el debate entre la izquierda española. Mientras algunos sectores del partido defienden la medida como un paso hacia un feminismo más tradicional, otros la ven como un retroceso en la protección de la diversidad y los derechos humanos.