Entramos en el segundo año de la invasíón rusa de Ucrania, y todas las miradas están puestas en el norte de la provincia de Donetsk. Es el último bastión que controla el Gobierno de Kiev dentro del Dombás, y defenderlo está teniendo un elevado coste de vidas humanas.
La ciudad de Bajmut es ahora el epicentro de la guerra, una guerra de desgaste en la que ninguno de los dos bandos está logrando avanzar. Con la mitad oeste de esta ciudad controlada por los mercenarios rusos de Wagner, y el Ejército ucraniano atrincherado en la otra orilla del río, las claves del conflicto esta semana pasan por saber si alguno de los dos bandos hará un movimiento significativo en este frente de combate.
Es posible que las tropas de Zelensky se retiren finalmente de Bajmut en unos días, tras resistir casi ocho meses de batallas por este enclave. Pero antes de replegarse, la defensa ucraniana se está fortificando en los alrededores de las ciudades de Chariv Yar, Konstantivka, Slovianks o Siversk, al norte de Bajmut.
Ucrania retrasa sus posiciones defensivas para seguir resistiendo. Y lo hace trazando una defensa en capas. Una estrategia que ya utilizó el año pasado para defender ciudades como Kiev o Kharkiv, y que podría detener el avance ruso en el último pedazo ucraniano del Dombás.