En un encuentro del Consejo de Seguridad de la ONU, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, habló sobre la longevidad de la ocupación israelí en territorios palestinos, destacando que el reciente ataque de Hamás «no viene de la nada, sino de 56 años de ocupación». Tras estas declaraciones, Israel ha solicitado la dimisión del Secretario General de la ONU.
El continuo conflicto entre Israel y Hamás fue el foco del debate en el Consejo de Seguridad. Aunque no se alcanzó un consenso, Estados Unidos abordó por primera vez la idea de «pausas humanitarias», mientras que Rusia fue más directa, solicitando un cese al fuego. Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre, con la incursión de Hamás y la Yihad Islámica en territorio israelí, se ha registrado un lamentable saldo de 5.791 palestinos fallecidos en Gaza y 1.400 israelíes muertos.
Durante el encuentro, Guterres hizo hincapié en la ocupación israelí de territorios palestinos y pidió un «alto el fuego humanitario inmediato». Condenó firmemente los actos de Hamás, afirmando que «Nada puede justificar el asesinato deliberado, hiriendo y secuestrando a civiles, o el lanzamiento de cohetes contra objetivos civiles». Además, solicitó el tratamiento humano y la liberación inmediata de los rehenes, recordando las adversidades enfrentadas por los palestinos a lo largo de los años.
Sin embargo, el líder de la ONU destacó que, si bien los ataques de Hamás son injustificables, estos no otorgan a Israel el derecho a castigar colectivamente al pueblo palestino.
Tras estas declaraciones, altos funcionarios israelíes expresaron su desacuerdo y solicitaron la renuncia de Guterres. El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, fue uno de los primeros en manifestarse, seguido por el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, quien expresó su desdén hacia Guterres: «¿No le da vergüenza?».
Cohen restó importancia al papel de Guterres, argumentando que no refleja la postura de las naciones prominentes de la ONU, aludiendo a países como EE. UU., Alemania, Francia y Gran Bretaña, quienes han mostrado apoyo hacia Israel.
A este debate se sumó Erdan, quien planteó que Israel podría «reconsiderar toda nuestra relación con Naciones Unidas». Criticó a la ONU por, según él, no ofrecer una imagen fidedigna del conflicto, acusándola de «distorsionar la realidad» y de aceptar las declaraciones de Hamás sin cuestionamiento.
El encuentro en el Consejo de Seguridad, que contó con la participación de 86 oradores, incluidos más de 20 ministros, concluyó sin llegar a un acuerdo.
La persistencia de este conflicto y sus consecuencias humanitarias han sido motivo de preocupación y debate internacional durante décadas. Las tensiones entre Israel y Hamás, y el contexto más amplio de la situación israelí-palestina, continúan siendo un punto delicado en las relaciones internacionales.