Este jueves, los Veintisiete miembros de la Unión Europea han acordado iniciar el proceso de adhesión de Ucrania y Moldavia. Esta decisión, tomada durante el reciente Consejo Europeo en Bruselas, marca un momento significativo en la historia europea.
A pesar de la oposición inicial del presidente húngaro Viktor Orbán, quien expresó su desacuerdo a su llegada a la cumbre, Hungría finalmente no se opuso a esta decisión. Orbán optó por no participar en la votación, permitiendo así que el proceso avanzara sin su voto en contra.
Charles Michael, presidente del Consejo Europeo, anunció que la UE también está lista para comenzar negociaciones con Bosnia y Herzegovina «una vez que se alcance el grado necesario de cumplimiento de los criterios de membresía». Michael destacó este paso como «una clara señal de esperanza para sus pueblos y para nuestro continente», y enfatizó que «ningún Estado miembro se ha opuesto» a estas decisiones.
Desde Rusia, el presidente Vladímir Putin comentó que la paz en Ucrania solo se logrará cuando Rusia «alcance sus objetivos», manteniendo la postura que ha sostenido desde el inicio de la campaña militar en febrero de 2022.
El apoyo a Ucrania es crucial, especialmente cuando se acerca al segundo aniversario de la invasión rusa. A pesar de los esfuerzos en su contraofensiva, Ucrania sigue esperando un paquete de ayuda de 60.000 millones de dólares del Gobierno de EE.UU.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski celebró la decisión del Consejo Europeo, calificándola como «una victoria para Ucrania» y para «toda Europa» en su cuenta de X. Zelenski agradeció a quienes trabajaron para que esto sucediera y felicitó tanto a Ucrania como a Moldavia.
El primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili, también expresó su felicidad por el reconocimiento de Georgia como candidato a la UE. Por su parte, Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, resaltó este paso como un avance hacia una «familia europea más fuerte».
En respuesta, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reconoció este día como «un día histórico para Europa», mientras que el Departamento de Estado de EE.UU transmitió su «satisfacción» por el progreso en el proceso de adhesión.
Orbán, a pesar de su ausencia en la votación, manifestó en su cuenta de Facebook que «la adhesión de Ucrania a la UE es una mala decisión» y que Hungría «no quiere formar parte» de ella.
Este acuerdo es una victoria geopolítica para Kiev, y aunque las conversaciones no comenzarán de inmediato, representa un cambio significativo en el panorama político y social europeo.