Miles de manifestantes se han congregado frente al Senado argentino para expresar su rechazo a la ley de bases aprobada este miércoles, una pieza clave del Gobierno que busca transformar el modelo económico y social bajo el liderazgo del ultraliberal Javier Milei. Ahora, el paquete legislativo se dirige a la Cámara de Diputados.
En respuesta a las manifestaciones, el Ministerio de Seguridad desplegó alrededor de 1.200 agentes de diversos cuerpos policiales, quienes utilizaron gases lacrimógenos, carros hidrantes y balas de goma para dispersar a las miles de personas reunidas por organizaciones sociales, políticas y sindicales en oposición al proyecto de reformas económicas. Hay al menos 30 personas detenidas, de las cuales cinco han pasado a disposición judicial. Además, cinco diputados del partido opositor Unión por la Patria (UP) fueron hospitalizados debido a la inhalación de gas lacrimógeno; entre los heridos se encuentran también varios periodistas.
El punto álgido de la tensión ocurrió alrededor de las 16:30 hora local (19:30 GMT), cuando encapuchados volcaron y prendieron fuego a un coche de la emisora radiofónica Cadena 3, y más tarde repitieron la acción con otro vehículo cercano al Palacio Legislativo.
El presidente Milei elogió la actuación de la Policía y de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, mientras acusaba a los manifestantes de “terroristas” con intenciones de realizar un “golpe de Estado”. En sus propias palabras: “Estamos ante una bifurcación: o persistimos en el camino de la decadencia o nos animamos a recorrer el camino de la libertad. Hasta se está dando en la calle esta batalla”. Además, aseguró que su Gobierno «está poniendo la calle en orden», cumpliendo así con sus promesas de campaña.
Los disturbios comenzaron inmediatamente después de conocerse el resultado de la votación, cuando cientos de manifestantes, apostados frente al Congreso, empezaron a lanzar piedras y a levantar barricadas, provocando la respuesta de la Policía.
Este primer éxito legislativo del presidente Milei se enmarca en un proyecto que, junto con la reforma fiscal que se votará próximamente en el Senado, establece las bases para la renovación liberal del país. La ley, aprobada por la Cámara de Diputados en abril tras reducirse de 660 a 232 artículos, declara una «emergencia pública en materia administrativa, económica, financiera y energética» y transfiere ciertas facultades del poder Legislativo al Ejecutivo, permitiendo al presidente aprobar medidas sin la intervención del Congreso. El proyecto fue aprobado con 37 votos a favor y 36 en contra, incluyendo el voto decisivo de la presidenta de la Cámara Alta y vicepresidenta de la República, Victoria Villarruel.
La Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, también conocida como ‘ley ómnibus‘, ha sido presentada por el Ejecutivo como una herramienta esencial para «modernizar y dinamizar» el país, reduciendo el rol del Estado en la economía en favor del liberalismo económico. Tras su aprobación en la Cámara de Diputados, si el Senado introduce modificaciones, la iniciativa deberá regresar a la Cámara Baja para su discusión y sanción definitiva.