El ciberataque llevado a cabo este martes 17 de septiembre contra el grupo terrorista Hezbolá en Líbano ha sido condenado contundentemente desde Yemen, uno de los países que están enfrentados a Israel por el conflicto que mantiene con los terroristas de Hamás en la Franja de Gaza.
De hecho, uno de los miembros del Consejo Político Supremo yemení, el sultán Al-Samai, ha considerado esta acción, presuntamente ejecutada por los servicios de Inteligencia israelíes (el Mosad), como «un crimen de guerra que confirma el fascismo y el terrorismo del régimen sionista».
En declaraciones a Saba (la agencia de noticias de Yemen), Al-Samani también ha llamado a la acción, declarando que confían «en la capacidad del eje de la resistencia para vengarse y responder a este crimen atroz, sucio e inmoral contra el Líbano».
Asimismo, ha lanzado una advertencia al régimen de Benjamín Netanyahu (el primer ministro israelí): «Esta agresión traicionera -ha declarado- sólo aumentará la resistencia en Líbano, Irak, Yemen y Siria con firmeza e insistencia para continuar apoyando al pueblo palestino de todas las formas posibles».
Israel no confirma el ataque contra Hezbolá
Desde Israel no ha habido confirmación de que el ataque contra Hezbolá haya sido cometido por el Mosad o cualquier otra unidad militar israelí, un hecho insólito puesto que las Fuerzas de Defensa israelíes suelen hacer públicas, de manera casi inmediata, las operaciones «exitosas» que llevan a cabo contra este grupo terrorista.
Las cifras de fallecidos y heridos tras el ataque que se produjo ayer, en el que se hicieron explotar a distancia miles de teléfonos móviles de componentes del grupo terrorista libanés, no están claras.
Mientras que algunas fuentes hablan de, al menos, 9 muertos y 2.500 heridos, otras elevan la cifra de fallecidos a más de 60 y más de 4.000 heridos.
De confirmarse que la acción fue ejecutada por el Mosad, se trataría de la mayor operación de Inteligencia contra objetivos de Hezbolá llevada a cabo por Israel hasta el momento.