Durante la madrugada de este sábado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron una serie de bombardeos sobre diversos puntos de Líbano, incluida la capital, Beirut, justificando los ataques con el argumento de que tenían como objetivo «instalaciones terroristas de Hezbolá». Este nuevo episodio de violencia, sin respiro para los ciudadanos libaneses, estaría enfocado en la cúpula de la organización chií.
Según una declaración emitida por el ejército israelí en su cuenta oficial de la red social X, «durante la noche, aviones de combate de la Fuerza Aérea, bajo la dirección del Comando Norte, atacaron edificios donde se almacenaban armas, lanzadores apuntados a la retaguardia del Estado de Israel y edificios militares donde operaban terroristas de Hezbolá».
Siguiendo información precisa de las FDI, la FAI está llevando a cabo actualmente alcances en objetivos terroristas estratégicos pertenecientes a la organización terrorista Hezbolá en el área de Beirut. Entre los objetivos alcanzados se encuentran instalaciones de producción de…
— FDI (@FDIonline) September 27, 2024
En la misma serie de publicaciones, el ejército israelí informó haber bloqueado «algunos» de los proyectiles de una «decena de misiles» que fueron lanzados desde territorio libanés hacia el área de la Alta Galilea. Sin embargo, hasta el momento, Hezbolá no ha reivindicado la autoría de dichos ataques.
A las 05:33 horas (hora local), las FDI anunciaron su última ofensiva en territorio libanés, reiterando que siguen «atacando, dañando y degradando las capacidades militares y la infraestructura de Hezbolá». Poco después, también informaron sobre la activación de alarmas en varias zonas del norte de Israel, especialmente en Samaria y Menasha, tras detectar la presencia de cinco lanchas procedentes de Líbano, de las cuales la mayoría fueron interceptadas.
Además de los ataques en Beirut, las FDI bombardearon el valle de la Beká y la región de Chouf, en el suroeste del país. Israel mantiene que estos ataques van dirigidos contra «objetivos terroristas» de la milicia chií, como afirmó su portavoz, Daniel Hagari. Según Hagari, Hezbolá tiene en su poder «más de 150.000 cohetes destinados a matar a civiles israelíes», una acusación que el grupo ha negado, calificándola de «infundada».
Las FDI también reportaron la muerte de varios líderes de Hezbolá, incluidos el comandante de su unidad de misiles, Mohamed Ali Ismail, y su adjunto, Husein Ahmed Ismail. Además, el Ministerio de Sanidad libanés ha confirmado el fallecimiento de seis personas y 91 heridos tras el primer bombardeo, aunque se teme que el número de víctimas aumente conforme avancen las labores de rescate tras los ataques más recientes.
Ante esta escalada de violencia, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha vuelto a hacer un llamado urgente a un alto el fuego temporal. Guterres advirtió que la situación en Líbano podría desencadenar un conflicto mayor, involucrando a otras potencias extranjeras. «Debemos evitar una guerra regional a toda costa», afirmó, subrayando la importancia de un alto el fuego que permita el acceso de ayuda humanitaria y «pave el camino para retomar las negociaciones».
España no tiene previsto, «de momento», evacuar a los militares españoles desplegados en Líbano