sábado, noviembre 23, 2024
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La senadora aborigen Lidia Thorpe acusa a Carlos III de complicidad en el genocidio indígena durante su visita a Australia

La senadora, también acusó a la Policía que la sacó de la sala de amenazarla con detenerla por ejercer su derecho a la libre expresión

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La senadora aborigen australiana Lidia Thorpe ha causado gran revuelo hoy al intentar entregar al rey Carlos III una nota en la que lo acusa de «complicidad en el genocidio» de los pueblos originarios de Australia. Thorpe denunció que la Corona británica ha sido responsable de crímenes atroces contra los indígenas desde la colonización en 1770, y reclamó la devolución de tierras robadas a sus ancestros.

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Las acusaciones de Thorpe contra la monarquía británica

En un comunicado emitido por su oficina, la senadora Thorpe subrayó que el actual Estado colonial australiano se ha construido sobre un «genocidio continuado» contra las comunidades indígenas. Según la política, no pudo entregar al monarca la notificación que condena su supuesta complicidad con el genocidio aborigen, y fue obligada a desalojar el parlamento tras interrumpir el discurso de Carlos III en Camberra con la frase: «Devuélvenos nuestra tierra (…) lo que robaste a nuestro pueblo».

Thorpe ha denunciado además que la Policía la amenazó con detenerla, limitando su derecho a la libre expresión. En su mensaje, recordó que su tío, el activista aborigen Robert Thorpe, también ha presentado una petición ante la Corte Internacional de Justicia para que se acuse al rey de genocidio, argumentando que las leyes australianas no permiten procesar a la Corona ni al Gobierno por estos crímenes históricos.

La lucha por justicia histórica

Thorpe ha hecho hincapié en la responsabilidad histórica de la Corona británica en crímenes como crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y la falta de prevención del genocidio. Según estudios de la Universidad de Newcastle, entre finales del siglo XVIII y principios del XX, más de 10.000 indígenas australianos murieron en más de 400 masacres tras la aplicación del concepto de ‘Terra Nullius’, que declaraba al continente australiano como tierra de nadie y permitía a los colonizadores británicos reclamar su posesión.

Desde la colonización, los indígenas australianos han sufrido discriminación, despojo de tierras y la separación forzada de sus hijos, que fueron entregados a familias e instituciones blancas. Estos hechos han dejado cicatrices profundas en las comunidades aborígenes, que hasta la fecha no han recibido una justicia reparadora.

Exigencia de un tratado con los pueblos indígenas

Aprovechando la visita del monarca, Thorpe reiteró la necesidad de firmar un tratado con los indígenas australianos, quienes representan el 3,8 % de la población de más de 27 millones de habitantes en Australia. A día de hoy, Australia es el único país de la mancomunidad británica que no ha establecido un acuerdo formal con sus pueblos originarios.

Pese a los esfuerzos históricos, en Australia han fracasado tanto el referéndum para convertir al país en una república en 1999 como el más reciente, que buscaba reconocer los derechos indígenas en la constitución. Thorpe instó a que la gira de Carlos III por Australia y Samoa, que se lleva a cabo del 18 al 26 de octubre, sea un momento de reflexión sobre la verdadera historia del país y sus heridas no sanadas.

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