«Inmediatamente después de que el alto el fuego entrara en vigor a las 4:00h de la mañana, los residentes del sur del Líbano, los suburbios del sur de Beirut y el valle de la Bekaa comenzaron el regreso a sus pueblos después de meses de desplazamiento forzado».
Así lo comunicaba el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) este miércoles 27 de noviembre, tan sólo horas después de que el alto el fuego pactado entre Israel y Hezbolá entrase en vigor.
Sin embargo, tanto Israel como Hezbolá se están acusando mutuamente de violaciones del alto el fuego, tan sólo un día después de la entrada en vigor de la tregua.
Mientras que las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, por sus siglas en inglés) están comunicando a través de su canal de Telegram que están siguiendo actividades sospechosas de Hezbolá en Líbano, el grupo terrorista asegura que Israel está atacando a los desplazados que están regresando a sus hogares.
Ambas partes habían firmado una tregua de 60 días y ya había expertos que señalaban que sería una «tregua débil». Pero según destacaban este miércoles desde ACNUR, los casi 900.000 desplazados que se vieron obligados a abandonar sus hogares tras los ataques israelíes contra objetivos de Hezbolá en Líbano, que se iniciaron el pasado mes de septiembre y que se intensificaron a primeros de octubre, «ya están comenzando a regresar».
Preocupación en las agencias de la ONU por la llegada del invierno
De hecho, ante este regreso masivo de desplazados, las agencias de la ONU habían comenzado a entregar ayuda vital para facilitar ese regreso y estaban intensificando esfuerzos ante la llegada del invierno.
Según ACNUR, «en medio de la caída de las temperaturas, 11 camiones de la agencia han entregado suministros de emergencia a 3.100 personas en la ciudad oriental de Baalbek, incluyendo mantas, colchones, chaquetas de invierno, láminas de plástico, lámparas solares y colchonetas».