El Parlamento de Corea del Sur no logró destituir al presidente Yoon Suk Yeol en un intento liderado por la oposición, que buscaba su salida tras la controvertida declaración de ley marcial hecha por el mandatario días antes. El fracaso de la moción, que no alcanzó los votos necesarios para su aprobación, ha dejado al país sumido en una crisis política sin precedentes, marcada por enfrentamientos parlamentarios, protestas masivas en las calles y una creciente presión sobre el Gobierno.
Para que la moción de censura prosperara, se necesitaban 200 votos de los 300 diputados que conforman la Asamblea Nacional y que estuviera presente al menos la mitad de ellos. Dos requisitos que no se cumplieron, ya que la oposición se encontró con un boicot masivo del oficialismo, cuyos legisladores abandonaron el hemiciclo, dejando apenas 195 papeletas emitidas.
El presidente de la Asamblea Nacional, Woo Won Shik, intentó revertir la situación apelando al retorno de los diputados ausentes para alcanzar el quórum, pero sus llamados solo lograron que algunos legisladores rompieran la disciplina partidaria y regresaran al pleno, siendo recibidos con aplausos por los legisladores presentes.
De modo que, la votación quedó técnicamente abierta durante varias horas, ya que la oposición había presentado la moción 72 horas antes, y el plazo final para decidir vencía a las 00:48 (hora local) del domingo. No obstante, Woo decidió no agotar el tiempo límite, dando por concluido el proceso sin alcanzar los avances esperados.
Repercusiones inmediatas en el oficialismo
Ante lo ocurrido, el jefe del partido gobernante, Choo Kyung Ho, presentó su dimisión al término de la sesión, dejando un vacío en el liderazgo del bloque oficialista que refleja el desgaste interno dentro de la formación. Mientras tanto, el primer ministro Han Duck Soo intentó transmitir un mensaje de calma, asegurando que el Gobierno se mantiene plenamente operativo y que harán todo lo posible para “estabilizar la actual situación”.
Por su parte, el líder opositor, Lee Jae Myung, confirmó que el fracaso no detendrá sus esfuerzos. “Volveremos a intentarlo”, declaró, prometiendo que continuará presionando para la destitución de Yoon en medio del deterioro de la relación entre el Ejecutivo y la Asamblea Nacional.
Investigación frustrada contra la primera dama de Corea del Sur
El Parlamento también abordó la apertura de una investigación contra la primera dama, Kim Keon Hee, acusada de presunta manipulación de acciones bursátiles y de influir en la selección de candidatos electorales. Una moción que obtuvo un respaldo significativo, pero se quedó a solo dos votos de alcanzar la mayoría requerida.
En esta ocasión, seis legisladores del oficialismo rompieron la línea del partido y votaron a favor de la iniciativa. Sin embargo, la oposición no logró traducir este aparente descontento en una victoria parlamentaria.
Protestas masivas y polarización social
La raíz de esta crisis política radica en la declaración de ley marcial por parte del presidente Yoon. Una medida adoptada tras un incremento de las tensiones con la oposición, que apenas estuvo vigente unas horas y que fue tumbada rápidamente por la Asamblea Nacional entre escenas de militarización en las calles de Seúl e incluso en el propio Parlamento.
En un intento por calmar los ánimos, Yoon aseguró que la decisión “nació de la desesperación como presidente” y pidió “disculpas sinceras” por haber recurrido a una medida tan extrema, prometiendo que “nunca” volverá a imponer la ley marcial.
No obstante, el malestar ciudadano no se ha apaciguado, ya que, este mismo sábado decenas de miles de personas se manifestaron frente al Parlamento para exigir la dimisión o destitución del presidente. Según estimaciones policiales, unas 150.000 personas participaron en la protesta, aunque los organizadores afirman que la cifra ascendió a un millón. Una cifra que contrasta con la asistencia significativamente menor que obtuvo la protesta que se llevó a cabo en paralelo para apoyar al presidente.