El denominado ‘Viernes de Oración‘ es el día santo para los musulmanes; como el domingo lo es para la mayoría de los cristianos o el sábado (el Sabbat) para los judíos.
Este viernes 13 de diciembre es el primer Viernes de Oración que tiene lugar en Siria tras las caída del régimen de Basar Al-Assad, y tiene una especial relevancia porque quienes profesan el Islam acuden de manera masiva a las mezquitas (poco después del mediodía) para escuchar las palabras que predica el imán, considerado el guía, jefe o modelo espiritual y religioso (y a veces también político) en una sociedad musulmana.
Siria después de Bashar al-Asad: ¿y ahora qué?
Durante la ‘primavera árabe’ de 2011, los viernes eran los días en los que las revueltas y las protestas se intensificaban. Sobre todo hasta que los líderes de Túnez (Ben Ali), Egipto (Hosni Mubarak) y Libia (Muamar el Gadafi) fueron derrocados.
La importancia de la oración de los viernes en las mezquitas es vital para que, tras la salida del templo, los fieles mantengan la calma o, por el contrario, intensifiquen su actividad en forma de protestas o acciones armadas.
De lo que el imán diga en la mezquita dependerán los ánimos, y la respuesta posterior, de quienes acudan a ella. De ahí que este primer ‘Viernes de Oración’ en Siria, y lo que ocurra después de que los fieles acudan a las mezquitas, sea especialmente significativo.
Pero, como por el momento quienes están ocupando el vacío de poder dejado por Al-Assad están empleando un discurso moderado (a pesar de pertenecer a la rama salafista yihadista del Islam suní, en la que se encuadran grupos terroristas como el Daesh), habrá que estar pendientes de los futuros ‘Viernes de Oración’. Serán claves para ver la evolución de Siria con el nuevo régimen que ha asumido el mando del país.