Bashar al-Assad ha hablado por primera vez desde que salió de Siria. Lo hizo ayer a través de su canal de Telegram. Y el comunicado que difundió estaba escrito desde Moscú.
En él, Al-Assad asegura que ni su «salida de Siria» estaba «planeada» ni se produjo durante las horas previas a la toma de Damasco, «como se ha dicho».
«Permanecí en Damasco -explica- atendiendo a mis deberes hasta primera hora del domingo 8 de diciembre». Ese fue el día que los insurgentes suníes proclamaron su victoria frente al régimen chií de Bashar al-Assad.
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«Como las fuerzas terroristas se infiltraron en Damasco -continúa relatando-, me desplacé hasta Latakia [ciudad costera al norte de Siria, a 335 kilómetros de la capital], en coordinación con nuestros aliados de Rusia, para supervisar las operaciones de combate».
Al-Assad sigue explicando que, «al llegar esa misma mañana a la base aérea de Hmaimim» [es la base aérea que Rusia tiene en territorio Sirio y se encuentra en Latakia], «tuve claro que nuestras fuerzas se habían retirado completamente de todos los frentes de batalla y que las últimas posiciones del Ejército habían caído», afirma.
«Moscú solicitó una evacuación inmediata, que se produjo el día después de la caída de Damasco»
Fue entonces cuando, «como la situación se iba deteriorando y la base rusa fue atacada con drones, y no había medios viables para abandonarla, Moscú solicitó que el comandante de la base organizase una evacuación inmediata hacia Rusia en la tarde del domingo 8 de diciembre».
La evacuación, según el expresidente sirio, se produjo «el día después de la caída de Damasco, tras el colapso de las últimas posiciones militares y la consiguiente parálisis de todas las instituciones del Estado».
Al-Assad insiste en que «en ningún momento, durante estos acontecimientos», consideró dejar el poder o buscar refugio, sino que pretendía «continuar haciendo frente a los ataques de los terroristas».
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En el comunicado dice de sí mismo que se «reafirma» en el tipo de gobernante que es y ha sido: «El mismo que desde el primer día de la guerra permaneció con su familia al lado del pueblo sirio, haciendo frente al terrorismo y a sus recurrentes amenazas de entrar en la capital durante más de 14 años de guerra».
Y finaliza afirmando que, «cuando el Estado cayó en manos del terrorismo», cualquier intento de solucionarlo por su parte «estaba perdido, y cualquier posición quedaba vacía de contenido». Así, Al-Assad asegura que su «sentimiento de pertenencia a Siria y a su pueblo» permanecerá en él, «con la esperanza de que Siria algún día sea libre e independiente», concluye.