Dos efectivos de la Guardia Civil destinados en Cádiz resultaron heridos hace unos días cuando actuaban en una operación contra el ‘petaqueo’ en la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera.
Según consta en el ‘Acta de exposición de hechos’ del atestado practicado por la Guardia Civil, al que ha tenido acceso ESTRELLA DIGITAL, los hechos se produjeron el pasado 2 de octubre, cuando los dos guardias civiles se vieron obligados a enfrentarse, cuerpo a cuerpo, al conductor de una furgoneta que, haciendo caso omiso de las indicaciones de los agentes, transportaba 11 garrafas de combustible con destino a las ‘narcolanchas’ que operan en la zona (conocidas popularmente como petacas) de unos 25 litros de capacidad cada una.
El ahora detenido, «intentó zafarse de los agentes a la carrera, teniendo que ser sostenido e intentando su inmovilización, no siendo posible por la resistencia activa ofrecida por el mismo, cayendo tanto los agentes como el conductor del vehículo al suelo, en una zona empedrada», según consta en el atestado.
«La resistencia del conductor a la detención continuó -se relata en el documento-, lanzando codazos que impactaron en los agentes en el torso, consiguiendo la bipedestación hasta en dos ocasiones para intentar huir del lugar, no cesando en su intento de golpear a los agentes».
Tras conseguir reducir al conductor de la furgoneta, los dos guardias civiles tuvieron que ser trasladados al Hospital Viamed Bahía de Cádiz como consecuencia de las lesiones sufridas durante el dispositivo. Uno de ellos ha estado dos semanas de baja y ahora ya se ha incorporado a su destino.
La Fiscalía de Cádiz pide que se tipifique el ‘petaqueo’ como delito
Situaciones como ésta se viven prácticamente a diario en la provincia de Cádiz cuando la Guardia Civil persigue a las redes de distribución de combustible (los ‘petaqueros’) que utilizan los narcotraficantes para seguir operando con sus ‘narcolanchas’ cuando se encuentran en alta mar.
Y, al margen de falta de medios, humanos y materiales, que vienen denunciando desde hace tiempo los agentes de la Benemérita (también los de la Policía Nacional) para hacer frente a este tipo de organizaciones criminales, existe otro problema de fondo que les lleva a la indefensión frente a los ‘petaqueros’: «las importantes dificultades existentes para perseguir penalmente estas conductas, que presentan una indudable importancia logística en las actividades de tráfico de drogas».
Así queda reflejado en la memoria anual de la Fiscalía General del Estado del año 2023, en la que se recoge una propuesta de reforma legislativa elevada por la Fiscalía de Cádiz para que se introduzca «un nuevo tipo penal que castigase sin más la tenencia o el transporte de gasolina sin el cumplimiento de los requisitos de la normativa administrativa».
El detenido por ‘petaqueo’ que causó lesiones a los guardias civiles era reincidente
La dificultad para actuar contra el ‘petaqueo’ es tal que, en el caso de los dos agentes que resultaron heridos el pasado 2 de octubre, y según consta en el atestado de los hechos, al detenido le constaba «un antecedente policial por delito de atentado a agente de la autoridad con resultado de lesiones».
En el mismo atestado también se refleja que, cuando los agentes, con «apoyo de otro indicativo policial», se hicieron cargo del detenido y se trasladaron hacia el lugar donde se había producido el «trasbordo» de ‘petacas’, localizaron «a una mujer de 41 años «catalogada en base de datos policiales como conceptuación criminal de contrabandista».
Una reivindicación que no es nueva en el seno de la Guardia Civil
La reforma legislativa que plantea la Fiscalía de Cádiz, que propone la introducción de la locución «con temeridad manifiesta» en este tipo de prácticas, y que ya es utilizada en nuestro Código Penal en el ámbito de los delitos contra la seguridad vial, no es una reivindicación nueva en el seno de la Guardia Civil.
De hecho, el que fuera jefe de las Comandancias de la Guardia Civil en Cádiz y Algeciras, el coronel Jesús Núñez, ya insistió en el año 2019 en que era «necesario» que la «legislación penal» tipificase «las conductas consistentes en almacenar y trasladar millares de litros de combustible», sin que fuera necesario «acreditar su expreso consumo en embarcaciones cargadas de droga».
«Es necesario -dijo durante la patrona de la Guardia Civil del 12 de octubre de ese año- que se nos continúe dotando de más herramientas legales para poder proseguir con eficacia y éxito la lucha contra el narcotráfico».
Y esa «asignatura pendiente» aludida por el coronel Núñez en su discurso, se centraba en «las redes logísticas de suministro de combustible a las embarcaciones de alta velocidad utilizadas por las redes criminales del narcotráfico», porque, según detalló, «buena parte de los alijos de droga que había en nuestra costa han sido sustituidos por embarques de docenas de petacas repletas con millares de litros de combustible para su uso por las ‘narcolanchas».
«Impunidad absoluta» para las redes de ‘petaqueo’
En la actualidad, cuando se intervienen policialmente miles de litros de combustible en el interior de viviendas, furgonetas o embarcaciones, si no se puede acreditar su trazabilidad con el narcotráfico son tan sólo infracciones administrativas.
Y, al ser los autores insolventes y no ser titulares de los bienes intervenidos para su depósito o traslado, «se suele traducir en una impunidad absoluta», sentenció el coronel de la Guardia Civil.
También asociaciones de la Guardia Civil como AUGC llevan tiempo reclamando que «la gasolina interceptada por ser utilizada para repostajes de ‘narcolanchas’ sea un delito y no únicamente una infracción administrativa».
También han advertido en diferentes ocasiones de que los narcotraficantes que operan en Algeciras y Cádiz «ya conocen los movimientos de las patrullas del servicio marítimo de la Guardia Civil y saben que hay puntos a los que no se llega y por ahí meten toda la droga”. Por ello, siguen reclamando un «refuerzo de la plantilla» para «no sufrir ese desbocamiento que se da prácticamente a diario».
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