Tras el paso de la DANA por gran parte de la Comunidad Valenciana muchas viviendas, centros comerciales, garajes… quedaron anegados por el agua y el lodo.
En el Centro Comercial MN4, por ejemplo, situado a las afueras de Alfafar, llegaron a concentrarse, sólo en el aparcamiento subterráneo, 200 millones de litros en sus 8 metros de profundidad.
«Lo primero que se pregunta uno, al ver cómo están sitios como éste -reflexiona para ESTRELLA DIGITAL el cabo 1º Antonio Diosdado de la Unidad Militar de Emergencias (UME)-, es de dónde ha salido tanta agua y cómo pudo entrar de una manera tan virulenta con tal cantidad de residuos y arrasar con todo».
«Nosotros hacemos muchos simulacros -continúa-, y si intentamos imaginarnos una situación como ésta para hacer un escenario apocalíptico… no lo conseguimos».
Según los cálculos efectuados por la UME, las zonas afectadas por la DANA ocupan una superficie de 54.000 hectáreas, «y una superficie de recorrido, hasta que la DANA terminó su tránsito, de 115 kilómetros», especifica Diosdado.
La UME tiene bombas con capacidad para extraer hasta 20.000 litros por minuto
El teniente David Urieta, que está al mando de una de las Secciones de Intervención del BIEM I (Batallón de Intervención en Emergencias) de Torrejón de Ardoz (Madrid), explica a este medio los medios que están empleando para achicar agua en Valencia.
«Porque una de las especialidades de la UME -concreta- consiste precisamente en conocer el funcionamiento de las distintas bombas para ser lo más eficaces posible».
Su sección tiene como misión principal el achique de agua en las instalaciones afectadas por la DANA. Y él está al mando de 40 militares porque es experto en hidráulica, la rama de la Física que estudia el equilibrio y el movimiento de los fluidos.
Para realizar esas labores, la UME está dotada con diferentes tipos de bombas, que se emplean, y así lo especifica el teniente, «en función de la altura a la que se produce la aspiración de esa bomba, la altura de impulsión y el caudal que somos capaces de impulsar por esas ‘mangueras’ hacia el exterior».
De hecho, explica que, en algunos casos, «el achique de agua es bastante dificultoso por los accesos» a los lugares en los que se ha concentrado el agua. De ahí que, en ocasiones, no se puedan emplear bombas de mayor capacidad de extracción «porque no se pueden colocar» en esas zonas determinadas.
«Conseguimos rendimientos altos -añade-, pero no tan elevados como en otro tipo de instalaciones». Por eso, «hay que emplear la bomba adecuada a cada escenario».
Las bombas que emplea la UME son, a grandes rasgos, «las motobombas que se encuentran dentro de cada camión que tenemos en dotación; las electrobombas, que están funcionando muy bien; la bomba Embal S-150 sobre un camión M250; la bomba Xylem CD225M, que tiene más capacidad; y la de mayor capacidad es el Sistema de Gestión de Fluidos (Sigeflu)».
El Sigeflu es capaz de extraer 1.200 metros cúbicos por hora (aproximadamente 20.000 litros por minuto); la Xylem, 800 metros cúbicos por hora (15.000 litros por minuto); y la Embal, entre 200-300 metros la hora (unos 7.000 litros por minuto).
Estas capacidades se dan «cuando empleamos cada bomba en condiciones ideales y a pleno rendimiento, porque hay que tener en cuenta muchos factores que pueden afectar a la bomba y que no llegue a su rendimiento óptimo».
«Se realizan búsquedas exhaustivas de posibles víctimas con drones, equipos de rescate acuático y perros de la UME»
En el caso concreto de los aparcamientos subterráneos (como el del Centro Comercial de Bonaire), según se va achicando el agua «se realizan búsquedas exhaustivas de posibles víctimas, empleando drones y embarcaciones tipo Whaly de nuestros equipos de rescate acuático y, una vez que se vacía una superficie, actúan los equipos cinológicos con perros para comprobar cien por cien que no hay víctimas».
Por tanto, y así ocurrió en el Centro Comercial de Bonaire, «si decimos que no hay víctimas… es que no las hay», sentencia el capitán Borja Varela, destinado (aunque ahora está en Valencia) en el Cuartel General de la UME.
A modo de conclusión, y en ello coinciden todos los efectivos desplegados sobre el terreno, el cabo 1º Emilio Bartolomé, que lleva 14 años en la UME, no cree «que nadie que esté vivo, tenga la edad que tenga, haya visto algo similar» a lo que ellos (y cualquiera que pise barro en las zonas afectadas por la DANA) están «viendo en la Comunidad Valenciana».