Casi 15 días después de que la DANA devastase gran parte de la Comunidad Valenciana, las quejas de que «no hay una buena coordinación» de la emergencia, desde el punto de vista de la organización y asignación de competencias de las unidades desplegadas sobre el terreno, es la palabra recurrente que transmiten a ESTRELLA DIGITAL efectivos que se encuentran en las zonas afectadas.
Hasta el punto de que en algunas localidades se han producido tensiones dialécticas entre, por ejemplo, guardias civiles y policías nacionales, por una falta de concreción de las «competencias» que tienen cada uno de estos cuerpos.
De hecho, asociaciones de la Guardia Civil como la Unión de Oficiales (UO) o la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) han elevado sus quejas tanto a la Dirección General como al Ministerio del Interior.
Consideran que se les han «sustraído» competencias, por ejemplo en materia de seguridad pública, que «no responden a una evaluación técnica» y que, además, dicha decisión «limita» su capacidad operativa en esas zonas, «daña» su «imagen», «y provoca confusión en la coordinación de los operativos de rescate y asistencia a los afectados».
«Los malentendidos se deben a la falta de organización»
Al hablar con policías nacionales desplegados en la zona, no entienden la polémica «que se está pretendiendo crear» dadas las actuales circunstancias. Pero también achacan estos «malentendidos a la falta de organización«.
«Nosotros estamos desplegados en esta zona porque nos han dicho que en esta calle no había nadie», comentan algunos de ellos, mientras este medio es testigo de cómo un coche patrulla de la Guardia Civil se acerca a ellos para, con relativa tranquilidad, decirles que no entienden «lo que está pasando».
«Sí, es su demarcación -comentan algunos policías-, pero como ellos han sufrido muchas bajas de vehículos, precisamente por la DANA, nos la han asignado a nosotros».
Y sí, «hay descoordinación -insisten- porque no es normal que estés allí sacando lodo y necesites material y no lo tengas, o que si consigues ese material es porque un vecino te la ha traído».
En algunas de las zonas afectadas se mezclan efectivos de diferentes unidades y la percepción es un poco caótica. Ni siquiera la logística básica les llega a tiempo. El agua se la llevan unos voluntarios, a la espera de que les llegue su cargamento con el líquido elemento.
«No hemos aprendido nada de tantas y tantas misiones internacionales en las que hemos participado»
Militares con experiencia lamentan que «no hayamos aprendido nada de tantas y tantas misiones internacionales en las que hemos participado».
En muchos pueblos, por ejemplo, «no hay puestos de mando avanzados que, con personal de los diferentes equipos de emergencia, estableciese y asignase zonas concretas a cada unidad», bien sean militares, policías, guardias civiles… o, incluso, a los miles y miles de voluntarios que van llegando a los pueblos afectados «a ver en qué podemos ayudar», preguntan algunos al equipo de este medio que se encuentra en la zona.
«Debería haber un mando único que cogiese las riendas»
«Hay mucha descoordinación», insisten efectivos que están la zona. Y son muchos los que coinciden. «Parece mentira que no hayamos aprendido nada de otras situaciones», añaden. «Debería haber un mando único que cogiese las riendas y ya está», sentencian.
Y otros añaden: «Ni en un país del tercer mundo te imaginas algo como lo que estamos viviendo aquí». Es más, a modo de ejemplo señalan que «en cualquier campamento de los que hemos ido cuando éramos pequeños las duchas y letrinas se montaban rápidamente». Y ahora, para hacer sus necesidades, algunos tienen que recurrir a lo que queda de los baños de establecimientos cercanos, sucios y llenos de lodo, que han quedado destrozados por la DANA.
«Tanto los políticos como los mandos de las diferentes unidades deben reflexionar sobre lo que ha ocurrido»
«Aquí todos llegaron tarde, mal y muchos a figurar», dicen con vehemencia efectivos que se vieron afectados por la DANA. «Ahora es el momento de reflexionar y preguntarse: qué necesita la gente, qué necesitó al principio… y por qué no llegó».
Y concluyen: «Los políticos deben reflexionar, pero también los mandos de las diferentes unidades, que tuvieron a gente parada en Valencia y no les dejaron entrar en los pueblos donde hacía falta».