Ya se ha abierto el proceso de licitación para la adquisición de los 24.000 nuevos chalecos antibala, anticuchillo y antipunzón que aprobó el Consejo de Ministros a primeros de octubre. Y, además, se ha iniciado la tramitación de un expediente de contratación para adquirir, entre 2025 y 2028, otros 4.760 nuevos chalecos, que se irán recibiendo «a razón de 1.190 unidades anuales».
Así lo ha anunciado esta mañana en la Comisión de Interior del Senado el director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo, quien ha precisado que los 24.000 chalecos que aprobó el Consejo de Ministros (20.000 de uso externo y 4.000 de uso interno) irán destinados «a todos los policías que desarrollan funciones operativas para las que requieren portar esas prendas».
Por su parte, los otros 4.760 chalecos, «desarrollados específicamente por el Área de Armamento y Equipamiento de la Policía -ha precisado- se destinarán a las Unidades de Intervención Policial (UIP) y a las Unidades de Prevención y Reacción (UPR)» de la Policía Nacional.
Estas adquisiciones, según ha explicado Pardo en la Cámara Alta, se han considerado «prioritarias» para reforzar el «equipamiento individual» de los agentes, y se suman a los 28.717 chalecos que se adquirieron entre 2019 y 2023, periodo en el que Pardo ya estaba al frente de la Policía.
Así, la cifra total ascendería a 69.939 chalecos, una cifra que, en palabras de Francisco Pardo, «permite afirmar que existen suficientes unidades para dotar a todos los policías que desarrollan funciones operativas para las que requieren portar estas prendas».
Sindicatos policiales demandan que los chalecos sean de dotación individual
Pero es precisamente ahí donde radica el problema: que los chalecos van destinados a policías que desarrollan funciones operativas, algo que vienen criticando desde hace tiempo sindicatos policiales como la Unión Federal de Policía (la UFP).
De hecho, como adelantaba el pasado mes de octubre el portavoz de este sindicado a ESTRELLA DIGITAL, el subinspector de la Policía Nacional Carlos Quero, el problema es que «actualmente los chalecos no son de dotación individual», lo que incumpliría, en sentido estricto, «la Ley de Prevención de Riesgos Laborales».
Quero justificaba, y lo sigue haciendo, esta reivindicación porque «cuando un policía se va de una unidad de Seguridad Ciudadana a otra en la que, a priori, no es necesario utilizar ese elemento de protección, tiene que entregar el chaleco para que sea usado por otro agente».
Y esto, a su juicio (y en ello coinciden otros sindicatos de la Policía Nacional) «aunque puede estar bien para aprovechar los recursos, es bueno que el chaleco acompañe a la vida del agente en sus diferentes destinos, de tal forma que si un agente cambia de un puesto en una oficina a otro en una unidad operativa, pueda disponer de su chaleco de manera inmediata… y eso, ahora mismo, no se da».
Chalecos ‘reutilizables’ y de distintas tallas que no garantizan una protección individual efectiva
En la actualidad, con cifras actualizadas a octubre de 2024, hay 72.138 policías nacionales, y no todos están en destinos operativos en los que tengan que llevar el chaleco para garantizar su seguridad.
Por ello, desde la UFP aclaran que, aparte de que la vida útil de los chalecos es de 10 años, y «se van desgastando», la «reutilización» de los chalecos tiene muchos inconvenientes: «Primero -explica a este medio-, el desgaste; segundo, que la talla en muchas ocasiones no se corresponde con la que necesita el policía; y tercero, que a veces a un efectivo le ‘toca’ un chaleco que no es de su género (masculino o femenino)».
Y las consecuencias, al final, derivan en que «nuestra protección individual total, en esas condiciones, no está garantizada», concluye.