Las pruebas ordinarias de la Evaluación para el Acceso a la Universidad (Evau) de este año dieron inicio a principios de semana en España. Y el examen de Matemáticas II ha generado una fuerte polémica entre los estudiantes madrileños. La dificultad de este examen, dirigido a los alumnos de la rama científica, ha dejado a muchos jóvenes visiblemente afectados, con numerosos casos de ataques de ansiedad y lágrimas entre los examinados, según se puede leer en diferentes publicaciones en las redes sociales.
El examen, compuesto por ocho ejercicios distribuidos en dos bloques, ha sido descrito por los alumnos como “un examen sin precedentes”. Los estudiantes consideran que las preguntas eran extremadamente difíciles y no coincidían con el nivel de preparación que habían recibido durante el curso. Este descontento se ha manifestado entre muchos de ellos, ya que sienten que la dificultad del examen pone en riesgo su oportunidad de acceder a las carreras universitarias que desean.
“Nuestro futuro depende de esto, llevamos años de esfuerzo y sacrificio constante”, comentó uno de los estudiantes afectados, reflejando el sentimiento generalizado de frustración e indignación entre sus compañeros.
La indignación no se ha quedado solo en palabras. Se ha iniciado una campaña de firmas en la plataforma Change.org para impugnar el examen, consiguiendo un considerable respaldo en menos de 24 horas, superando las 10,000 firmas. Los estudiantes argumentan que el examen fue creado con una dificultad excesiva, posiblemente con el objetivo de bajar las notas de corte para el acceso a la universidad. La campaña pone el foco en la necesidad de asegurar una evaluación justa y equitativa para todos los estudiantes y denuncia la falta de aviso sobre los grandes cambios en el examen que no se comunicaron.
“El examen ha sido catastrófico, cada vez que levantaba la mirada veía a todos mis compañeros abatidos, con lágrimas en los ojos, ya ni sabía qué estaba haciendo”, comentan algunos de los examinados. “Es fundamental impugnar este examen para asegurar una evaluación justa y equitativa para todos los estudiantes”, añaden.
Tanto los alumnos como sus familias afirman que no permitirán que una prueba mal diseñada comprometa los años de dedicación y preparación. Están decididos a luchar por mantener su derecho a una educación justa y accesible. La respuesta de las autoridades educativas y la potencial reconsideración del examen serán claves en los próximos días para apaciguar la situación y asegurar un acceso justo a la universidad.