En un reciente vídeo de YouTube, Cristina Seguí, condenada recientemente a 15 meses de cárcel por difundir el vídeo de las menores de la violación grupal de Burjassoth, ha compartido un curioso experimento social que llevó a cabo junto a Frank Cuesta. Ambos decidieron poner a prueba la credibilidad y verificación de las fuentes por parte de algunos medios de comunicación, y los resultados fueron sorprendentes.
Seguí cuenta que mientras estaban disfrutando de unos noodles, Cuesta le propuso realizar un experimento para demostrar «cuán poco verifican las fuentes» algunos periodistas. La idea era sencilla: publicar un tweet falso afirmando que Cristina Seguí había sido detenida en Tailandia, y observar cómo reaccionaban los medios.
Un Tweet Falso que Explotó en los Medios
Frank Cuesta publicó el tweet y, para su asombro, muchos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia sin realizar las verificaciones necesarias. Seguí comenta con ironía: «Pensé que al menos harían una llamada para confirmar, pero no, se lo tragaron sin más«.
La publicación del tweet y la posterior difusión de la noticia falsa sirvieron para dejar en evidencia la falta de rigor de algunos medios, que no se tomaron el tiempo para confirmar la información a través de canales oficiales como la embajada o comisarías.
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Reflexión sobre la Praxis Periodística
Seguí y Cuesta utilizaron este experimento para destacar la importancia de la verificación en el periodismo. Seguí señala: «Este experimento no solo demuestra lo fácil que es engañar a algunos periodistas, sino también la falta de práctica en la verificación de fuentes que deberían tener».
En el vídeo, Seguí se burla de aquellos que se creyeron la noticia llamándoles ¨SUBNORMALES¨y les invita a reflexionar sobre su ética profesional y métodos de trabajo. «Basta con una simple llamada para evitar hacer el ridículo», añade, subrayando la necesidad de que los periodistas corroboren la información antes de publicarla.
Un Llamado a la Responsabilidad Periodística
El experimento realizado por Seguí y Cuesta pone de manifiesto una problemática recurrente en el mundo de los medios: la rapidez con la que se difunden noticias sin la debida confirmación. Este ejercicio invita a los periodistas a ser más responsables y rigurosos en su labor, para evitar caer en la trampa de las noticias falsas y mantener la credibilidad de sus medios.
Este episodio no solo es una llamada de atención para los medios de comunicación, sino también una lección sobre la importancia de la verificación y la ética en el periodismo.